Feminicidio: cocinero celoso estranguló a su mujer y envenenó a sus dos hijos

Joel Robles 

Fotos: Jenny Valdivia

Una joven madre de familia y sus dos pequeños hijos, de ocho y dos años de edad, fueron asesinados por su ex pareja en venganza porque la mujer se negó a retomar la relación cansada de los maltratos a los que era sometida hace varios años.

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Ocurrió la noche del martes, en el segundo piso del 2116 de la Av. Próceres de la Independencia, en San Juan de Lurigancho.

LA ESTRANGULÓ

Con total sangre fría, Joel Daga Inocente (28) confesó ante la policía que primero estranguló a la madre de sus hijos, Stephanie Vega Bazán Gutiérrez (25), en un arranque de cólera porque ella le dijo que nunca lo amó. 

“La maté porque después de ocho años de relación me dijo que no me quería, que nunca me amó, por eso fui y le torcí el cuello”, fue la espeluznante confesión que Daga Inocente le dio a la policía tras ser dado de alta del hospital N° 10 de Canto Grande, en San Juan de Lurigancho.

ENVENENÓ A SUS HIJOS

Sin embargo, Stephanie no fue su única víctima. Junto al cuerpo de su ex pareja yacían el de sus dos pequeños hijos Piero (8) y Thiago (2), a quienes envenenó con un potente raticida mezclado con yogur.

“Puse a Stephanie junto a mis hijos en la cama y luego los tapé con una frazada como si estuvieran dormidos. Al costado de cada uno de mis hijos le puse su juguete favorito mientras me preparaba para ingerir el yogur envenenado”, contó con una aterradora normalidad Joel Daga a los detectives de la Divincri.

SOBREVIVIÓ A DOSIS

Pero la dosis que ingirió el cocinero no fue suficiente para acabar con su vida. Los gritos de dolor alertaron a los vecinos, quienes con ayuda de la policía ingresaron al predio. Al ver la macabra escena, trataron de salvar a la mujer y sus hijos; sin embargo, ya era demasiado tarde. 

PIDIÓ PERDÓN 

En la pared del cuarto, la policía encontró varios mensajes, entre ellos uno donde pedía perdón por su barbarie. “Perdón por favor. Yo solo quería estar para siempre con mi familia”, escribió Daga con una crayola roja en la pared del cuarto donde fueron encontrados los cuerpos de las tres víctimas.