Dueño del lujoso Porsche era principal objetivo de sicarios
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La imagen en WhatsApp que usaba para presentarse ante el mundo no solo le valió ganarse el sobrenombre de “Tony Montana Peruano”, sino que habría marcado el estilo de vida de Gerald Oropeza López.Es un joven de 34 años, hijo del ex dirigente aprista Américo Oropeza, asesinado a balazos en abril del 2011.VUELCO EN EL CASOSegún la policía, Gerald era el objetivo real de los cinco sicarios que por encargo de una mafia italiana dedicada al tráfico de drogas acribillaron el lujoso Porsche en San Miguel, al que también incendiaron.En la unidad iba con Carlos Sulca, Patrick Zapata, la modelo Sonia Rodríguez y otro sujeto más, con quienes había regresado de Cancún, junto con dos personas más.VIDA DE LUJOS Y ORGÍASSe ha determinado que el fanático de Tony Montana, personaje de la película Caracortada y líder de una mafia de droga en EEUU, llevaba una vida llena de lujos y excesos.En el vehículo siniestrado, así como en sus redes sociales, se hallaron fotos y videos en los que se ve que Oropeza se da la gran vida.Por ejemplo, con licor a discresión, viajes a diversos países e incluso orgías en una piscina.Además, según su ficha Reniec, vive en una exclusiva mansión de La Planicie expropiada a José Francisco Crousillat, donde según vecinos se dan fiestas desenfrenadas.Señalan que llegaban vehículos lujosos e incluso conocidas modelos y vedettes.También lo habrían utilizado como almacén, según la policía, probablemente de estupefacientes.MENSAJES CON 'ZA ZA'La prueba más clara para la policía es una conversación de WhatsAap entre Oropeza y el presunto capo de una mafia italiana a quien llama “Za Za”.Entre el 20 y 22 de marzo negocian la entrega de una mercadería. “Estoy cuadrando todo para esta semana, pero hace tres semanas me dicen que vendrán y nada. Yo no trabajo así”, dice Oropeza.“Ya están los boletos, pero dime si vamos a trabajar. No me gusta el WhatsApp”, señala al mencionar un pago de entre 100 y 200 mil euros.“Falta tiempo, en dos días no se puede hacer, no es como comprar pan, hay que traer las cosas (según la policía sería la droga) de provincia, de buena calidad. Así no trabajo”, responde Gerald. “Ok, no trabajamos”, se despide “Za Za”.Estas negociaciones frustradas habrían desencadenado el salvaje ataque del que salió vivo de milagro.
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