Profesor ucraniano acondicionó el salón de su casa para que sea una escuela

Desde que estalló la guerra de Rusia ha significado consecuencias importantes especialmente para los ucranianos. Una zona muy golpeada es el este de Ucrania donde un profesor llamado Oleksander Pogorielov, pese a las dificultades decidió seguir enseñando a sus alumnos pero en el salón de su casa. Su historia ha dado la vuelta al mundo y aquí te lo contamos.

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¿Cómo se animó el profesor a enseñar en su casa?

El edificio de la escuela quedó hecho ruinas tras los bombardeos de las tropas rusas en abril del año pasado. Oleksander Pogorielov tiene 45 años y más de dos décadas a la enseñanza en las aulas vuelve allí solo para recuperar el material que sobrevivió a los bombardeos, y dar clase a sus alumnos en el aula improvisada en el salón de su casa.

El docente reflexiona cuando le consultan como se siente luego de ver como quedó la escuela donde trabaja. "¿Qué puede sentir aún un profesor que ve que todo está destruido?", indicó.

Shandrygolove fue recuperado por las fuerzas ucranianas en septiembre de 2022. La guerra a un año de aparecer. La situación en esta ciudad es preocupante en estos momentos porque está casi vaciado de sus 1.000 habitantes, solo quedan 15 niños y tienen otra gran complicación como no tener ni luz y el internet, necesario para seguir con las clases.

Pero el docente entrevistado señaló que estas crisis en Ucrania no es motivo para abandonar la educación de los niños. "El médico debe atender a sus pacientes, y el profesor enseñar a los niños" , dijo.

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¿Cómo hace para enseñar en su casa?

Las clases deben continuar y por eso los niños se reúnen en el salón de Oleksander y de su mujer Larisa. Las paredes están tapizadas de carteles recuperados del colegio. Lo importante es no perder las lecciones. El profesor se encarga de enseñar  11 alumnos de 4 a 16 años en áreas como lengua y literatura ucranianas, literatura extranjera, biología, geografía y matemáticas.

Cada de estos niños es una historia como Oleksander, un adolescente de 15 años, recorre tres kilómetros para seguir aprendiendo y como están en guerra desde ya se cuidan, andan durante su trayecto por carreteras asfaltadas, por temor a pisar una mina.