Resistencia a los antimicrobianos: un desafío para la salud pública

La resistencia a los antimicrobianos se ha convertido en una amenaza para la salud pública a nivel mundial. Este fenómeno, es conocido como la "pandemia silenciosa" del siglo XXI, ya que plantea serios retos para los profesionales de la salud, quienes enfrentan dificultades crecientes para tratar infecciones, especialmente en pacientes con condiciones graves.

El Dr. Eduardo Carcausto, médico internista de Sanitas, señala que en el Perú, hasta el 50% de los antibióticos se utilizan de manera inapropiada, incluso en infecciones virales donde no son efectivos. "El uso indebido de estos fármacos fomenta la resistencia, lo que puede resultar en efectos secundarios, prolongar la hospitalización y hacer que los tratamientos actuales sean ineficaces", advierte el especialista.

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La automedicación es otro factor que agrava esta situación. "En el Perú, esta práctica es común, lo que puede llevar a que los pacientes no completen adecuadamente los tratamientos o utilicen dosis incorrectas", destaca el Dr. Carcausto. Esto convierte enfermedades tratables en situaciones peligrosas, poniendo en riesgo la salud de los individuos.

Recomendaciones para prevenir la resistencia antimicrobiana

1. Evitar la automedicación: El uso inadecuado de antimicrobianos, como tomar antibióticos para infecciones virales o no completar el tratamiento prescrito, fomenta la resistencia. Esto facilita que bacterias, virus y hongos desarrollen mecanismos para evadir la acción de los medicamentos, reduciendo su protección.
2.  Seguir las indicaciones de un profesional de la salud: Es importante tomar los antimicrobianos exactamente como lo indique el médico, tanto en dosis como en duración. No interrumpir el tratamiento antes de tiempo, incluso si se siente mejor, asegura que la infección se elimine por completo y no queden bacterias resistentes.
3. Mantener una buena higiene personal: Lavarse las manos frecuentemente con agua y jabón es una de las medidas más efectivas para prevenir la propagación de infecciones. Practicar una higiene adecuada de la piel y otras áreas de contacto frecuente también reduce el riesgo de contagios.
4. Vacunarse para prevenir infecciones: Las vacunas son esenciales para evitar enfermedades bacterianas y virales, lo que disminuye la necesidad de tratamientos antimicrobianos. Mantener el esquema de vacunación al día es crucial para la salud individual y colectiva.
5.  Preparar los alimentos en condiciones higiénicas: Al manipular y preparar alimentos, se deben seguir prácticas adecuadas de salud, como lavarse las manos antes de cocinar y desinfectar superficies. Cocinar los ingredientes a las temperaturas adecuadas y evitar la contaminación cruzada son prácticas fundamentales para garantizar la seguridad alimentaria.

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El rol de los médicos en la prescripción de antibióticos

El uso inadecuado de antibióticos contribuye al aumento de la resistencia bacteriana, lo que dificulta el tratamiento de infecciones graves y aumenta el riesgo de complicaciones. Este problema surge cuando se prescriben sin necesidad o se utilizan de forma incorrecta, ya que las bacterias se adaptan y hacen que los medicamentos pierdan eficacia. Para prevenirlo, es crucial realizar diagnósticos precisos, evaluar la necesidad real de estos fármacos y educarnos como pacientes sobre su uso responsable.