Salud: Infección por orina en los bebés

La infección por orina en los bebés es común, sin embargo, eso no hace que sea menos grave, ya que una infección no detectada a tiempo o mal atendida puede ocasionar daños a futuro en los riñones.

El mayor riesgo de la infección urinaria es que puede pasar desapercibida, sobre todo en niños menores de 2 años, porque los síntomas de alarma más usuales en los adultos (como escozor al orinar, dolor en zona lumbar, etc.) no se manifiestan a tan cortas edades, lo que puede retrasar el diagnóstico y acabar provocando daños en el riñón, en forma de cicatrices que darán luego problemas en la vida adulta.

Síntomas de la infección

En los menores de un mes puede provocar sueño excesivo, decaimiento o irritabilidad, falta de apetito, vómitos, ictericia intensa (color muy amarillo de la piel), falta de incremento de peso, fiebre o al revés: hipotermia (temperatura menor de 35º C).

Hasta los 2 años, podemos notar falta de apetito, que el niño no gana peso, vómitos, dolor abdominal, irritabilidad, sueño excesivo o fiebre sin causa aparente (no hay resfrío, ni diarrea ni otros síntomas).

¿Cuál es la causa principal de esta infección?

La infección de orina la producen bacterias de origen intestinal. La bacteria más frecuente es Escherichia coli; otros patógenos son Proteus y Klebsiella.

Estas bacterias están en la zona perineal (la zona alrededor de los genitales y del ano) y que suelen penetrar en el trayecto urinario desde abajo, por la uretra, ascendiendo a la vejiga e incluso, sobre todo en menores de dos o tres años, al riñón.

La infección de orina es mucho más frecuente en niños menores de 1 año, quizá debido a la fimosis natural (estrechez del prepucio) que presentan, donde se acumulan bacterias si no se mantiene una higiene cuidadosa en esta zona, y a partir de los 3 años es más frecuente en niñas, al haber menos distancia entre el exterior y la vejiga.

Consejos para prevenir la infección de orina

Para evitar infecciones, es importante mantener una buena higiene genital, lo que implica el cambio frecuente de pañales y limpiar siempre al bebé de delante hacia atrás, para no arrastrar bacterias del ano hacia la zona de los genitales. Según el portal de salud Sabervivirtv.com, si el bebé o el niño tiene fiebre, hay que darle un antitérmico (paracetamol o ibuprofeno) mientras esperamos a que lo vea su pediatra habitual. Conviene también darle de beber toda la cantidad de líquidos que admita, ya que, además de combatir la fiebre y la infección, facilitará el análisis que casi seguro que le van a pedir.