Sexo oral: ¿Cuáles son los errores más comunes al realizarlo que no te permiten disfrutarlo?

¿Estás pensando en hacerlo? Muchas parejas buscan nuevas formas de vivir su sexualidad y a la vez experimentar nuevas prácticas en el ring de las cuatro paredes. Una de ellas y la más común es el sexo oral, ya sea en personas del sexo opuesto o del mismo sexo, siempre tomando la precaución debida y necesaria.

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No obstante , hay algunos errores en el que muchas parejas cae y ya no quiere volver hacerlo. Es por ello que en la siguiente nota te contamos cuáles son esos errores más comunes, para que en tu próximo encuentro puedas practicarlos sin ninguna incomodidad.

¿Cuáles son los errores más comunes al realizarlo que no te permiten disfrutarlo?

Conoce aquí los errores más frecuentes al momento de realizar sexo oral.

Limpieza en los genitales

Lavarse los genitales antes y después del sexo oral es de suma importancia para evitar malos momentos.

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No usar métodos profilácticos en el sexo oral

Exigir (si es que no es tu pareja fija) el uso de condón o barrera de látex para proteger tu salud sexual es importante. También es una prueba de respeto mutuo al otro para cuidarse de no contraer alguna enfermedad de transmisión sexual.

Ser monótono en el sexo oral

Tiene que haber variación en los ritmos, es decir, diferentes ondas y frecuencias de la lengua. Por ejemplo, de lento a rápido, puede excitar bastante, así como el saber succionar.

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Una actitud muy porno

Empujar la cabeza, como en una película para adultos, no es algo que a todas les gusta. No todas (o casi ninguna) son actrices porno, por lo que no tienen que imitar a una. Asimismo, a otras también no les gusta que le muevan la cabeza al antojo de la persona con pene. Esto puede hacer que se desconcentren en el momento o incluso pueden ahogarse y sufrir arcadas.

No saber la anatomía de los genitales

No tener en cuenta qué zonas de los genitales dan más placer es producto de la falta de investigación en materia sexual. Si bien no es necesario ser un experto, se debe tener un mínimo de conocimiento de la anatomía genital. Por ejemplo, con respecto a la vulva, hay que saber dónde está el clítoris o los labios menores. En el caso del pene, hay que conocer sobre el glande y el escroto.