Que Chile retroceda

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Por: Lucho Camino

muchacalle.elpopular@gmail.com

Si ayer escribí indignado por las pretensiones de los chilenos de querer imponer condiciones para cumplir el fallo de La Haya. La reacción de nuestras autoridades y de la sociedad ha sido una sola: rechazo total.

Tal vez en el país de “Bam Bam” Zamorano pensaban que los peruanos seguimos siendo complacientes y que no íbamos a tomar ninguna acción, que esperaríamos que ellos pongan los plazos para sentarnos -según creían- los plazos para implementar el fallo. Se equivocaron.

La orden del presidente Humala a nuestra Marina fue clara. “Vayan y hagan respetar nuestro mar”. Los buques partieron para vigilar la porción de océano que los chilenos llamaban “triángulo exterior”. Casi 29 mil kilómetros cuadrados que ahora son blanquirrojos. No son de guerra. Pero van a explorar la zona, para saber si fue depredada, para conocer cuál es su riqueza marina y para que ninguna embarcación eche sus redes.

Esto permitirá que luego el gobierno, con una base de datos real, pueda convocar a la empresa privada para que invierta en pesca y le dé más trabajo a peruanos.

Pero no todo queda ahí. Nuestros juristas más reconocidos han salido a aclarar que la Corte de La Haya ha sido muy precisa. Ningún país está obligado a realizar lo que el fallo no determina. Por lo tanto, Chile no puede exigir que Perú cambie su Constitución ni que se suscriba a la Convención del Mar. Así de simple. Perú tiene que velar por sus intereses.

Políticos y analistas han coincidido en esto. El presidente del Congreso, Freddy Otárola, ha sido tajante: “No vamos a proponer ninguna revisión de la Constitución en el parlamento, porque el fallo es inobjetable y no se presta a interpretaciones”.

Igual de enfática ha sido la reacción sobre la siniestra intención de los chilenos de apoderarse del triángulo terrestre. Puede ser un espacio que no llega a las cuatro hectáreas, ya no tendrá mar, pero es peruano. 

Sebastián Piñera y las autoridades de su país no contemplaban la posibilidad de que Perú se presente como un país cohesionado alrededor de este caso. Creían que nos podían dividir en debates inútiles. Y ahora son ellos los que quedan como los “malos perdedores” ante la mirada internacional. Esa es su peor presión. 

Por eso Piñera se ha comprometido en Cuba a cumplir el fallo. Aunque eso de “gradualmente” no debe significar “eternidad”. Eso sí, el Perú que se chupaba, que se dejaba pasear, ya quedó en el pasado. Chile tiene antecedentes de no cumplir los fallos. Que esta vez no sea así. Que no sea tan internacionalmente hipócrita.  

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