El majestuoso Señor de Sipán

El hallazgo del Señor de Sipán, el 21 de julio de 1987 en Chiclayo (Lambayeque), constituyó una importante clave para reorganizar la historia mochica. 

Dicha hazaña estuvo dirigida por el arqueólogo Walter Alva, quien sostuvo que Sipán se convirtió en el gran ícono de nuestra región y el Perú.

¿Quién fue Sipán?

Fue un gran sacerdote guerrero mochica que gobernó en el siglo III y que tuvo para su pueblo el mismo nivel jerárquico y semidivino que el Inca para el Tahuantinsuyo.

Según estudios, se trató de un hombre de 1.65 metros de altura, tenía aproximadamente 30 años y se estima que murió entre el año 240 y 310 d.C.

¿cómo fue enterrado?

El Señor de Sipán se encontró en un sarcófago de madera. Al lado de su cabeza y pies habían dos esqueletos de mujeres jóvenes y en las partes laterales el esqueleto de un perro y dos llamas.

Estuvo cubierto con vistosos trajes; piezas de oro, plata y cobre; y objetos de cerámica y madera tallada de inimaginable valor. Su cráneo descansaba sobre un gran plato de oro.

Muy cerca de su tumba, en 1989, se descubrió las tumbas de “El Sacerdote”, (autoridad máxima de la religión mochica) y del “Viejo Señor de Sipán” (un antepasado del Señor de Sipán).

Además, en la entrada principal se halló el esqueleto del guardián, un hombre joven con escudo dorado.

Su innegable valor

Su descubrimiento marcó un importante hito en la arqueología americana; ya que por primera vez se halló una tumba intacta de un gobernante del antiguo Perú.

Hoy sus restos se encuentran en el museo Tumbas Reales de Sipán, inaugurado el 8 de noviembre de 2002, en Lambayeque.

Gracias al Señor de Sipán, Lambayeque se ha convertido en un destino turístico nacional e internacional.