Mujer pensaba que tenía COVID-19 prolongado, pero en realidad estaba embarazada

La madre de 36 años, también descubrió que sufría de una rara complicación del embarazo llamada “placenta percreta”.

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Jo Anne McCusker ahora comparte su historia para poder advertir a otras madres embarazadas sobre la “placenta percreta”.
Jo Anne McCusker ahora comparte su historia para poder advertir a otras madres embarazadas sobre la “placenta percreta”.Crédito: Composición EP

Una mujer de Estados Unidos recordó que se sentía constantemente cansada tras haberse recuperado del coronavirus. Su médico pensó que sufría de COVID-19 prolongado, pero descubrió que estaba embarazada y que estaba en su segundo trimestre. Además de una grave afección que pondría en riesgo su embarazo.

Jo Anne McCusker de 36 años, quien ya tenía tres hijos, también descubrió que sufría de una rara complicación del embarazo llamada “placenta percreta”, que es cuando la placenta se adhiere y crece a través del útero.

La mujer trató de reunir tanta información sobre su condición, pero admitió que estaba “más concentrada en el bebé que crecía dentro de ella”. Sam Bender, profesor clínico asistente de obstetricia dijo que la condición la ponía en un “tremendo riesgo”.

“Mientras está dando a luz, el sangrado puede comenzar abruptamente y, por lo tanto, tiene un tremendo potencial para una gran pérdida de sangre hasta que los principales vasos sanguíneos del útero se identifiquen, se liguen y se cierren”, dijo el médico.

Según Bender, las mujeres que han tenido una cesárea anterior tienen un mayor riesgo. En el caso de Jo Anne, su primer hijo nació por cesárea.

“Cuando ya tiene cicatrices en el útero, hay más placenta, por lo que es probable que se adhiera a áreas que ya tenían cicatrices”, explicó.

Un equipo de médicos ayudó a Jo Anne a dar a luz al pequeño Kellen, el 6 de enero de este año mediante cesárea, pero hubo muchas complicaciones durante el procedimiento.

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Comenzó a sangrar y necesitó una transfusión de sangre ‘masiva’. El crecimiento de su placenta también había dañado su vejiga, que necesitaba ser reconstruida durante la cirugía.

Aunque Jo Anne era muy consciente de los riesgos de antemano, dijo que se sintió como si la “atropellara un camión” cuando se despertó y descubrió lo que había sucedido durante el procedimiento.

La madre dijo que “no se sentía lo suficientemente fuerte” para sostener a su nuevo bebé, durante mucho tiempo, lo que fue desgarrador para ella.

Afortunadamente, ambos ya están bien, y ahora comparte su historia para poder advertir a otras madres embarazadas sobre la afección.

“Mi esperanza es crear conciencia. Solo quiero que otras mamás sepan que, si les diagnostican esto, no están solas”, concluyó.

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