Dua Lipa en Lima: una noche que rozó la perfección en San Marcos | CRÓNICA

Dua Lipa ofreció un concierto histórico en el Estadio San Marcos el 25 de noviembre, dejando una huella imborrable en el público peruano con su energía y conexión auténtica.

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Un hito del espectáculo fue la interpretación de "Cariñito" junto a Mauricio Mesones, donde Dua Lipa evidenció su cercanía y conexión cultural con el público limeño, dejando una huella imborrable.
Un hito del espectáculo fue la interpretación de "Cariñito" junto a Mauricio Mesones, donde Dua Lipa evidenció su cercanía y conexión cultural con el público limeño, dejando una huella imborrable. Fuente: Foto: Raúl Umeres

Hay conciertos que entretienen, otros que emocionan y muy pocos que dejan la sensación de estar viviendo un momento histórico. Lo que ocurrió el martes 25 de noviembre en el Estadio San Marcos con Dua Lipa pertenece claramente a este último grupo. Si no fue el concierto del año en el Perú, estuvo sin discusión entre los mejores: por producción (sonido perfecto), por conexión con el público y por la sensación colectiva de estar frente a una artista que ya no es solo una estrella pop, sino un fenómeno global.

El espectáculo de la artista nacida en Londres debió iniciar a las 8:30 p.m.; sin embargo, hubo un retraso. "El concierto comenzará a las 9:30", señalaban las pantallas gigantes, lo que calmó a todos los asistentes, quienes ya morían por ver y escuchar a su ídolo.

Desde antes de que apareciera en escena, el ambiente era eléctrico. Más de una hora antes, las tribunas ya estaban repletas y la cancha era un mar de celulares levantados, outfits brillantes y carteles. Cuando las luces se apagaron y comenzó la intro de su Radical Optimism Tour, el estadio se convirtió en un solo grito. No exagero: pocas veces he escuchado un público limeño cantar en inglés con tanta fuerza desde la primera nota.

Dua Lipa en Lima

Dua Lipa deslumbró el Estadio San Marcos brindando un concierto que muchos consideran histórico, gracias a su conexión con el público y su increíble producción. Foto: Raúl Umeres

Una estrella que no se esconde

Lo más poderoso de la noche no fue solo la impecable ejecución vocal o coreografías milimétricamente ensayadas, sino la sencillez auténtica de Dua Lipa. En tiempos donde muchas divas se mantienen intocables y distantes, ella hizo exactamente lo contrario.

En varias ocasiones bajó del escenario para acercarse a las primeras filas, se tomó selfies con fans, aceptó regalos improvisados y —quizá el momento más emocionante de la noche— le cedió el micrófono a algunos asistentes para que cantaran junto a ella. No fue un gesto ensayado, fue orgánico. Se notaba divertida, cómoda, agradecida.

Habló en español con un acento encantador, agradeció a Lima varias veces y hasta confesó estar sorprendida por la energía del público (por supuesto, también resaltó nuestra comida). No era una artista cumpliendo un compromiso; parecía alguien genuinamente feliz de estar ahí.

Dua Lipa

Dua Lipa cambió de vestimenta en más de una ocasión. A eso hay que sumarle la perfecta coreografía que ejecutó. Foto: Raúl Umeres

El momento peruano de Dua Lipa: “Cariñito” en clave pop

Pero si hubo un instante que quedó tatuado en la memoria colectiva, fue cuando Dua Lipa terminó de cantar "These Walls" y sorprendió al público e invitó a Mauricio Mesones para interpretar “Cariñito”, el clásico peruano que atraviesa generaciones. Lo que parecía un simple guiño cultural se convirtió en uno de los momentos más emotivos de la noche: los primeros acordes desataron una explosión de emoción en las tribunas, y miles de voces se unieron en un coro improvisado que sonó tan fuerte como cualquier hit internacional.

Vestido con su característica energía contagiosa, Mesones tomó el micrófono y convirtió el estadio en una verdadera fiesta norteña. Dua Lipa, lejos de opacar el momento, se entregó al ritmo, sonrió, bailó y se dejó llevar por la canción, demostrando una apertura cultural pocas veces vista en una estrella de su tamaño.

Un show de nivel mundial… en un estadio que le quedó chico

Y aquí viene la gran conclusión que se repite entre periodistas y fanáticos: el estadio San Marcos no puede albergar a superestrellas. Dua Lipa es artista para el Estadio Nacional.

Lo que vimos fue un espectáculo pensado para estadios de primer nivel: pantallas gigantes, visuales cinematográficas, iluminación de festival europeo, cambios de vestuario precisos y una puesta en escena que no bajó la intensidad ni un solo minuto. San Marcos se sintió chico, limitado, apretado para la magnitud del show.

Dua Lipa, durante su interacción con el público peruano prometió que volvería a tierras incas. Esperamos que ese retorno se concrete y sea en el Estadio Nacional porque salir de San Marcos es un verdadero calvario que nadie debería vivir.

SOBRE EL AUTOR:

Editor general de la web del Diario Líbero. Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la USMP con especialización en Marketing Digital, Gestión de Redes Sociales y Redacción Digital. Cuento con 8 años de experiencia en los medios digitales más importantes del país. Apasionado por el fútbol, la música y el freestyle.

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