Hermana de Ale Baigorria reaparece tras ACUSAR a su mamá y sorprende al cargar PECULIAR BOTELLA: "Necesita una..."

La joven Thamara Medina, hermana de Alejandra Baigorria, sorprendió a muchos al reaparecer frente a las cámaras de Amor y Fuego. Esta vez, la influencer fue cuestionada sobre las graves acusaciones que realizó contra su mamá Verónica Alcalá, a quien denunció por haber sufrido violencia durante su niñez, pero su respuesta impactó.

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Hermana de Alejandra Baigorria no se arrepiente tras denunciar a su mamá

En la última edición del programa de espectáculos de Willax Televisión se mostraron las imágenes en exclusiva de Thamara Medina retirándose de un supermercado junto a su papá. Sin embargo, al ver las cámaras, ella se puso seria y evitó pronunciarse, pero solo atinó a decir: "Ya dije todo".

De esa forma, la hermana de Alejandra Baigorria se reafirmó sobre sus acusaciones contra su progenitora. Por su parte, el conductor Rodrigo González no dudó en preguntarse por la botella que llevaba en las manos la joven, "¿De qué es esa botella que carga? ¿Es alcohol?", expresó.

Por su parte, Gigi Mitre especuló: "¿Agua de Azahar?.... muy grande". Al final, ambos presentadores determinaron que se trataría de una botella de agua de Azahar, pero su tamaño sorprendió: "¿De qué sería?.... de repente necesita una galonera de agua de azar para tranquilizarse. Hemos visto que carácter impetuoso tiene, necesita una litrona", dijo 'Peluchín'.

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Hermana de Alejandra Baigorria y su delicada confesión contra su mamá

Semanas atrás, Thamara Medina, hermana menor de Alejandra Baigorria, leyó una carta en la que denunció haber sufrido violencia por parte de su madre, Verónica Alcalá. La joven de 23 años relató entre lágrimas que creció en un entorno donde el miedo era más frecuente que el amor, y aseguró que su madre no supo protegerla durante los momentos más difíciles de su vida.

En su carta, Thamara describió cómo normalizó la violencia debido a los problemas de alcohol en su hogar y al silencio de los familiares que nunca intervinieron para ayudarla. Confesó que aprendió a culparse por las actitudes de su madre y que, al crecer, terminó replicando patrones dañinos sin saber cómo escapar del dolor. “Elegí vínculos que me recordaban lo que sufrí; pensé que la felicidad era para otros”, expresó.