Ángelo Fukuy desea retribuir con su talento todo el amor de su madre: "Amo cantar y sueño con darle una casa" - ENTREVISTA

Ángelo Fukuy, el reconocido cantante de cumbia compartió unos momentos con "El Popular" para entablar una entrevista amena y emotiva. El exintegrante de los "Hernamos Yaipén" y hoy como solista bajo su mismo nombre, dio a conocer algunos detalles de cómo nació ese sentimiento por el canto, así como uno de los tantos deseos que quiere cumplir en la vida con su talento.

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- Vamos a retroceder en el tiempo y llegar hasta el Ángelo adolescente ya que queremos saber el porqué cantabas con tanto sentimiento canciones de desamor, ¿ha sido por lo triste de una decepción o sufrir un desengaño enamorado más que nunca de un amor equivocado?

(Risas) En la etapa de la adolescencia uno queda enamorado a primera vista, te gusta alguien, tu mirada y sentimientos se concentran en esa persona. Aunque creo que no estuve enamorado, sino, ilusionado porque me gustaba verla y estar con ella. La volví a ver, nos escribíamos por mensajes de texto porque no había Facebook, también usé cartas porque me gustaba escribirlas, bueno, le conté a Carlos Rincón y de ahí nació “Lárgate”.

- ¿En algún momento se te vino a la mente esos recuerdos y cantaste pensando en ella?

Cuando tenía 19 la volví a ver, pasaron como 6 o 7 años en una presentación en Trujillo. Ella estaba exuberante, bonita, bien vestida, pero justo estaba yo en ritmo con los Hermanos Yaipén para jugar con el público. Luego iba a cantar la siguiente canción y no creerás: “Ojalá que te mueras”, coincidencia. Ella bajaba la escalera y empieza la canción, recordé todo lo que pasó y para mí no había nadie más que los dos. Canté con todo sentimiento y hasta lágrimas se me cayeron.

- Ha servido como experiencia para ser cantante, Ángelo, pues, a lo largo de tu carrera vas aprendiendo y te da seguridad para amar lo que haces. Entonces, ¿qué significa la música para ti y cómo has llevado la aceptación y críticas del público?

Desde pequeño mi familia me aconsejaba. Profesionalmente creo que la música es la medicina del alma y yo amo cantar. Soy muy devoto, agradecido con la virgen y Dios porque nada es casualidad, todo está escrito, desde que trabajaba en una cevichería como cajero y mozo hasta que los Hermanos Yaipén me conocieron y mi actualidad. También agradezco a las personas que me abrieron la puerta y con las que no se portaron a la altura, igual, rescato los bonitos recuerdos.

- ¿Esas personas que no te abrieron las puertas tienen nombre?

Este 2022 he preferido no mencionar nombres, pero en el transcurso de la vida conocí a personas maravillosas y otras que no aportan a mi carrera, pero estoy agradecido. Desde mis inicios personas del Norte siempre estuvieron apoyándome porque, incluso, dejaban su chamba por irme a ver y eso no tiene precio; aprovechando que estoy aquí los visito como retribución al cariño que me brindaron.

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- Es cierto, nada es casualidad

Dios nos manda muchos ángeles a nuestras vidas. Estoy en el lugar que exactamente estaba años atrás. Ahora estamos en una entrevista y me encuentro en el óvalo Larco de donde solía venir para estudiar en una academia. Salía de mi pueblo a las 03:30 a.m., eran tres horas de viaje para llegar aquí y hoy justo tomo mi desayuno. Me trae muchos recuerdos, me has agarrado el ‘bobo’.

- ¿Qué recuerdos tienes ahora?

Conocí a muchas personas porque solito iba a los lugares. También cuando mi padre me dijo que tenía que salir del pueblo porque mi trampolín estaba en Trujillo y mira, lo hice. Sucedió lo de la cevichería y ahora estoy experimentando algo maravilloso trabajando con mi propia empresa y mi nombre Angelo Fukuy. Poco a poco, no estoy apurado, pero sí con ansias de querer ser reconocido a nivel nacional y por qué no, internacional.

- ¿El momento más feliz de tu vida?

Abrazar a mi madre, no hay más felicidad que eso. Quiero que Dios me dé la dicha de tenerla unos años más para darle todo lo que nos dio a mí y mis hermanas. Ahora como soy padre, sé lo que hizo ella. Vivíamos a las afueras del pueblo, en un ranchito de Cartavio (Trujillo), de ahí sale Ángelo Fukuy, en medio de la naturaleza, de un colegio al que caminaba 30 minutos para llegar. Recuerdo eso y sueño con darle una casa a mi madre porque se lo merece muchísimo.