Cacho ya está manchado de sangre

Diez años no fueron suficientes para aprender la lección que cuando se bebe licor no se maneja. No es la primera vez que Carlos Cacho, luego de disfrutar una noche loca, protagoniza un accidente automovilístico que deja serias consecuencias por lamentar. En el 2001, Cacho realizó un viaje de placer a La Habana, Cuba, y como consecuencia de sus excesos una persona terminó muerta.  En aquella época, embobado por la popularidad televisiva que le sonreía, hizo un viaje junto a su amigo el ex alcalde de San Juan de Luriganchi, Ricardo Chiroque, y el regidor Julio Medina Matos. Como era de esperarse, en la isla dieron rienda suelta a la diversión y sucedió lo peor. La policía cubana descubrió que el maquillador, Chiroque y Medina salieron de una discoteca en horas de la madrugada bajo los estragos del alcohol y abordaron un automóvil alquilado.

Medina iba al volante y se volcó aparatosamente tras chocar contra otro vehículo. Por la violencia del impacto, el regidor Medina Matos murió en el acto. Cacho resultó con contusiones leves y fue detenido durante las investigaciones por la Policía cubana. Los otros cuatro cubanos que los acompañaban también sufrieron lesiones de consideración. Nadie imaginó que la historia se repetiría y Cacho pondría una nueva vida en peligro de muerte.