Harold Quiroz, ex portero de la 'U': "El cevichero de la pelota"

Tiene sus cevicheria en la ciudad Trujillo y el mismo prepara los potajes.

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Quiroz recibió la visita de ex jugadores  cremas.
Quiroz recibió la visita de ex jugadores cremas.Fuente: WhatsApp - Crédito: Harold Quiroz

Harold Christian Quiroz Gil (42), quien fue arquero en Universitario, Sport Áncash y José Gálvez, se las ingenió desde que dejó el fútbol hace ocho años.

Primero incursionó en el negocio de la confección de ropa deportiva y ahora es propietario de una cevichería en Trujillo, donde él mismo se encarga de la cocina.


—¿De dónde eres?
—Soy chimbotano, nací el 28 de abril de 1981. Estudié en el Antonio Raimondi, me gustaban las letras porque en números era pésimo.


—¿Ya le dabas al fútbol?
—No mucho porque mi colegio se dedicaba más al basquetbol y atletismo. En el fútbol era delantero, por eso cuando pasé a ser arquero tenía buen juego de pies.


—¿Qué nos puedes decir de tu trayectoria en el fútbol?
—Empiezo en el Unión Juventud a los 16 años. Cuando acabo secundaria, refuerzo al José Gálvez y de ahí ‘Tito’ Chumpitaz me llevó al AELU en 1999. Hubo un campeonato nacional sub-20, pasando a reforzar al Cantolao, y pasé a la preselección de la categoría con Julio César Uribe. También alterné en Universitario, Sport Áncash, Bolognesi de Tacna, José Gálvez y Carlos A. Mannucci. Me retiro en 2014.


—¿Qué recuerdos de tu paso en la ‘U’?
—Un grato recuerdo haber compartido el puesto con Óscar Ibáñez. Es un ejemplo como futbolista y persona. Yo viví en el Lolo Fernández y trataba de emular a Óscar. También tengo grandes recuerdos con el Puma y Chemo. El que mandaba era John (Galliquio), ya estaba en primera y llegaron varios provincianos como Gerardo Gárate y el ‘Charapa’ Rengifo.


—¿Penaban en el Lolo?
—Uyyy, mamita, era terrible. Nos asustaban. Pero, caballero, me acostumbré.


—¿Qué hacían cuando tenían libre?
—Recuerdo que en la avenida Argentina estaba la cachina, hacíamos recorrido, nuestro shopping. Cuando nos daban propina, nos íbamos a desestresarnos a sol la barra.


—¿En 2005 te vas al Gálvez?
—Sí, y ascendimos con el técnico Ramírez Cubas. Estábamos con Ángelo Cruzado, Mayme, Falconí y había un buen equipo. En 2006, ‘Pepe’ Mallqui, a quien conocía en la ‘U’, me llevó al Sport Áncash con ‘Tito’ Chumpitaz y clasificamos a una Copa Sudamericana.


—¿Algo curioso que pasó en tu carrera?
—Con UTC pasé algo espectacular, pues el equipo que estaba luchando tantos años volvió a primera y fui partícipe de ello. Estaba como DT ‘Rafo’ Castillo y como jugadores ‘Pompo’ Cordero, Renzo Benavides, Ricardo Ronceros, Víctor Oviedo, Renzo Guevara. Recuerdo un partido en plena lluvia y a los 88’ Mayme cometió un penal, le tapé a Johan Sotil y la hinchada me aclamó.


—¿Qué entrenador te marcó?
—’Tito’ Chumpitaz es mi padre deportivo.


—¿Cómo se da tu retiro?
—En 2014, en Mannucci pasaban situaciones del tema económico, el tema del seguro era informal y ese año me rompí los ligamentos cruzados, me recuperé en ocho meses, lo dejé ahí, en stand by, y me dediqué a estudiar (Eseful para preparador de arqueros) y fui parte del comando técnico con Roberto Arrelucea en el Sipesa.

El cevichero


—¿Qué haces en la actualidad?
—Al retirarme, incursioné en el negocio de la confección de ropa deportiva, le puse punche, pero no era lo mío. Y ahora tengo mi cevichería en Trujillo.


—¿Cómo te va?
—Mi madre en Chimbote tiene una cevichería llamado El Ajicito y me decía que ponga una en el lugar donde radico. Vamos por buen camino en Ajicito y Limón: Tradición Chimbotana.


—¿Se inauguró en plena pandemia?
—Sí, fíjate. Empecé con delivery en casa, la gente preguntaba dónde estaba mi local. Imagina, en plena pandemia abrí un local.


—¿Quiénes son tus clientes?
—Ex futbolistas como el ‘Puma’ Carranza, ‘Loco’ Vargas, ‘Chiquito’ Flores, ‘Machito’ Gómez y ‘Goyo’ Bernales. También llegan de distintas partes del Perú. La gente viene a conocerme y se come un ceviche trujillano.


—¿Le entras a la cocina?
—Claro, me encargo de todo lo que es plato fríos, en especial los ceviches, y mi esposa me ayuda en los platos calientes. También hay un personal.


—¿Qué dicen los críticos de tu sazón?
—Bueno, porque regresan tres, cuatro, cinco veces a comer un cevichito o el jugoso chimbotano de corvina o lenguado (sudado). Yo mismo, todos los días, voy al mercado para comprar cosas frescas y también hay proveedores que nos traen.


—¿No hay descanso?
—Sí, todos los martes. Vamos creciendo, empezamos en un local pequeño y ahora en un local con más ambientes en donde le ponemos grass sintético.

SOBRE EL AUTOR:

Periodista de Universidad Inca Garcilaso de la Vega. Vivo con el deporte y me gusta la música.

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