Marco Flores pide a Saravia y Campos que aprovechen su potencial: "Son grandes prospectos"

Casi 20 años se encargó de cuidar los tres palos, de manera que conoce bien todos los secretos del puesto que —dicen— es el más ingrato de todos. Si fallas, es casi seguro que tienes que ir a recoger la pelota dentro de tu arco. Por eso, Marco Flores, Papelito es su apodo desde siempre, habla con conocimiento de causa de los arqueros de Alianza Lima, Franco Saravia y Ángelo Campos.

Quien fuera golero íntimo por varios años, incluido el título del centenario del club, y de otros equipos nacionales más, como San Martín, con quien también logró dos coronas, les recomienda compromiso total con el equipo y que se rodeen de buenas personas.

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—¿Te parece que Saravia y Campos son dos porteros que se están ganando un nombre en Alianza?
—Saravia es un gran prospecto, es un arquero que tiene personalidad. Hace tiempo no veo a un arquero que maneje tan bien el área. Ojalá pueda seguir teniendo más minutos para poder consolidarse. También está Campos en un gran momento. La lucha por el puesto hace que mejores cada día y no te descuides.

—De los dos, ¿quien está un paso adelante?
—No hay mucha diferencia y eso es bueno para ellos. Esperemos que tapen mejor por el bien de Alianza. Tienen que rodearse de buenas personas, porque hay gente que viene a decirte que eres el mejor arquero del Perú y del mundo y hacen que se desvíen de sus objetivos. Es importante que escuchen a sus padres y hermanos, porque son ellos los que le van a dar los mejores consejos.

—¿Se puede decir que son garantía en el arco blanquiazul por muchos años?
—Va a depender de ellos que sea por muchos años, va a depender con quiénes te rodees, la cabecita que puedas tener, porque a veces todo es mediático. Además, los excesivos elogios te pueden marear. Esperemos que Alianza les dé toda la asesoría que debe tener todo deportista, no olvidar que, primero, somos seres humanos y como seres humanos nos podemos equivocar...

—¿Qué opinas del trabajo de Chicho Salas en Alianza, que es protagonista a nivel local, sobre todo?
—Estoy contento, porque lo conozco, porque fue mi compañero en Alianza y en San Martín. Es un tipo A1. Cuando la parte deportiva y administrativa andan bien, se ven los resultados. Creo que es el momento que los clubes profesionales empiecen a mirar a entrenadores peruanos, porque hay entrenadores de nivel y el trabajo de Chicho lo demuestra.

—¿Cómo era Salas en su tiempo de jugador?
—Era tranquilo, pero cuando se molestaba, se hacía sentir.

—Volviendo al equipo, ¿qué te parece la llegada de Zambrano, Cueva y Sabbag?
—Eso le da nivel a la plantilla y al grupo lo vuelve más competitivo. Nadie se relaja porque, el que está atrás, está esperando con los dientes apretados su oportunidad. Si en lo individual se ha potenciado el equipo, en lo colectivo va a ser mejor. Me parece que la administración no se equivocó en los jales, como antes.

—La hinchada está perdiendo la paciencia con Cueva, que aún no aparece. ¿Qué tienes que decir?
—Tenemos fe que Cueva va a recuperar su nivel, pues todos sabemos lo que puede dar en la cancha. Esperamos que se ponga bien y empiece a dar alegrías al Alianza.

—¿Ves a tu Alianza querido camino al tricampeonato?
—Solo te puedo decir que será campeón del Apertura sí o sí, a pesar de la derrota en Arequipa. Sé que la ‘U’, con Fossati, está en buen nivel, y a Sporting Cristal nunca hay que descartar, pero Alianza va a campeonar.

BIEN DE LA MÁQUINA

—Se te ve con buenos reflejos en la Copa Leyenda de fútbol 7, ¿cómo es tu cuidado personal?
—Desde que dejé de jugar, no me cuido para nada En este torneo sales a divertirte con ex compañeros que jugamos en Primera. El gran número de espectadores te motiva y puedes tener 40 o 60 años, pero sigues sintiendo las ganas de estar en un campo.

—Muchos ex colega, de tu misma edad, han regresado al fútbol en la Copa Perú, ¿no te animas tú?
—Mi etapa como futbolista ya terminó, eso lo tengo claro. Ahora estoy muy apegado a mi familia, porque mis padres me enseñaron que lo más importante es la familia, la única que te va a sostener ante los problemas.

—¿El fútbol te ha dado pocos o muchos amigos?
—No soy una persona amiguera, mi círculo es el mismo desde cuando estaba en divisiones menores. En el fútbol, muchas veces te equivocas al considerar a alguien amigo.

—¿Es verdad que hace poco fuiste papá otra vez?
—Hace un mes nació mi hijo. Es distinto, estoy más maduro, pero igual la atención que tengo con él la he tenido con mis dos hijos mayores (16 y 21 años). Uno ya sabe que tiene sus años, por eso trato de cuidarme más, porque tu hijo, a los 10 años, te va a pedir jugar y a uno le duele la cadera y cintura.

CON EL POETA

—¿Cuál es el trabajo que estás haciendo ahora?
—Estoy trabajando en César Vallejo, en las categorías sub-17 y sub-18. Es bonito trabajar con chicos de esa edad, y lo más importante, muy aparte de la parte deportiva, es que sean buenos seres humanos.

—¿Es una edad complicada?
—Uno como jugador se pudo haber equivocado y ahora hay que contarle esas experiencias para que no cometan esos mismos errores. En el deporte, y en el fútbol, hay mucha gente interesada, que se puede aprovechar de uno. Siempre les digo que se rodeen de personas que le sumen en su vida.

—¿Qué tipo de técnico eres?
—No me considero tanto paternalista, soy bastante exigente y les pido que estén concentrados en el tiempo que dura los entrenamientos. Me gusta escucharlos y les aconsejo a los que me cuentan sus temas personales.

—Dirigiste en el fútbol femenino en Vallejo, ¿qué recuerdas?
—Fue una bonita experiencia y el trato es distinto al fútbol masculino. Las chicas pueden estar en sus días, entonces la carga puede ser más baja. Me sorprendieron con la calidad técnica. Ellas entendieron la idea que uno quiso implementar al comienzo.