Tenchy Ugaz recuerda uno de los episodios de su carrera en el fútbol: “Agarré a puñetazos a Neymar”

Tenchy Ugaz trabajó desde niño, quiere mucho a sus abuelos, estuvo en política y ahora juega Copa Perú.

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Tenchy se arrepiente de no haberse quedado a jugar en Alemania.
Tenchy se arrepiente de no haberse quedado a jugar en Alemania.Fuente: GLR - Crédito: Composición El Popular

Tenchi Ugaz recuerda uno de los episodios de su carrera en el fútbol que guarda con gracia. Dice que no fue una pelea de boxeo, pero algo de eso tuvo, pues, en una ocasión, agarró a puñetazos al brasileño Neymar, quien se vengó de una falta con el codo, que casi lo priva. Ugaz, que quedó con la ‘sangre en el ojo’, y quiso devolverle el golpe, pero el hoy delantero del PSG no fue tonto: cambió de banda y lo dejó con los crespos hechos. Ocurrió en la Copa Libertadores de 2012.

-¿Qué nos cuentas de tu enfrentamiento con Neymar?

 -Fue cuando jugaba en Juan Aurich y enfrentamos al Santos de Neymar allá, en Brasil, y tuvimos más de un encontrón...

 -¿Cómo fue ese encontrón?

-En una jugada, cuando lo marqué, le metí dos puñetazos en la costilla, sin que se diera cuenta el árbitro...

-¿Qué te dijo Neymar? -No le entendí nada... Me habló en portugués y, claro, di por descontado que me estaba insultando.

- ¿Ahí quedó todo? -No, se le notaba muy picón. En una jugada deja el codo, me dio duro, y rápido se cambió de punta. Se salvó, porque le iba a dar el vuelto.

- ¿Es un partido que te marcó entonces?

-Sí. Mira, ese crack ahora vale 222 millones de euros y yo no llegaba ni a mil soles. Con mis amigos bromeo, ellos me dicen que soy una mazamorra para jugar y les respondo: “Cuando marquen a Neymar, recién podemos hablar”.

-No es la única anécdota deslumbrante en tu carrera. Debes tener otra por ahí, ¿no?

-Así es. A mis 32 años me salió una propuesta para ir a Alemania, pero me regresé rápido.

-¿Qué tan rápido?

-Apenas a los 25 días, y el motivo es que en la ciudad había una temperatura de -10 grados y me moría de frío, porque había llevado ropa como para el frío de Lima y no de Alemania. Creo que debí aguantar... Esa es una de las grandes frustraciones de mi carrera en el fútbol. De todo corazón

-¿Eres hincha de Mannucci?

-Mi sueño siempre fue jugar en Mannucci, de manera que tuve que rescindir contrato con Juan Aurich. La verdad, son cosas que se hacen con el corazón y no con la cabeza. En el Ciclón me pagaban 12 soles y me fui a Mannucci a ganar un sol.

-¿Verdad que rechazaste ofertas de la ‘U’ y Alianza Lima?

-Sí, en la temporada del 2011, pero preferí quedarme en César Vallejo, que me compró mi departamento.

-¿Cuál de todos los camerinos que pasaste te gustó?

-El mejor fue Deportivo Municipal (2015-16), donde todo era chacota. El camerino de Vallejo también fue bueno.

-¿El fútbol te dio muchos amigos?

-Para mí, los verdaderos amigos están en el barrio. En tu mejor época profesional hay miles de amigos, pero cuando uno ya está en bajada, se van yendo. Yo trato de reunirme con gente que sume y trato de ser feliz.

-¿Qué haces en la actualidad?

-Estoy en obras sociales. Hace poco estuve en Alto Moche y le dimos pelotas nuevas a jóvenes y niños. En el Perú, en especial Trujillo, hay mucha delincuencia y a través del deporte se los aleja de los vicios.

Mil oficios

-¿Qué recuerdos tienes de tu infancia en el fútbol?

-Empecé en un campo de tierra, había que saltar una pared. Era una ladrillera. Agradezco a mis padres y hermanos que se privaron de algunas cosas para comprar mis zapatillas o los chimpunes.

-¿Tus padres te apoyaron?

-Fui firmado por mis abuelos, a quienes les digo papá y mamá. No me avergüenzo en decirlo: en ese tiempo, mi verdadera mamá estaba metida en la droga y mi padre era un taxista.

-¿Entonces tuviste una niñez muy dura?

-Trabajé desde niño. Vendí periódicos, mis padres tenían una chacra donde cultivaban ají, que yo lo vendía en el mercado, y también ayudaba a los que descargan tomate, zanahoria y plátano. Además, en el circo ayudaba limpiando y dando de comer a los animales. Ah, en un momento también revendía las entradas que me daban en Play Land Park.

-¿Por eso no tuviste problema en ponerte de vendedor después de tu retiro?

-No me avergüenzo de vender. En el tiempo de la pandemia vendía ropa y tenía mi propia marca y, además, chimpunes que me mandaban de Japón mis hermanos.

-¿Hasta cuándo jugaste?

-Hasta el 2020, para dedicarme a la política. Postulé al Congreso, no entré, pero quedé como el segundo más votado de la lista que me presenté. En un mes conseguí 8.800 votos.

-¿Y qué te motivó a regresar al fútbol competitivo en la Copa Perú?

-Más que el dinero, es por la amistad con Jonathan Acuña, quien me pidió que jugara para los Diamantes y hemos salido campeones en la Esperanza. Vamos a participar en la etapa Provincial. Me siento bien con volver a jugar, con ser embajador de la Academia Talento del Norte y con mis obras sociales. Dios es el que me indica el camino.

Padre ejemplar

 ¿Cómo va la crianza de tu hija?

- Tengo una hermosa hija de  15 años  al que trato de inculcar la confianza de padre - hija . Yo le enseño qué cosa es mala y buena para la vida.

- ¿Debes ser un padre muy celoso?

- Para nada, me ve como un amigo que chico le gusta y quien no.

- Tanto así...

- Le digo que la crianza ha cambiado, recuerdo que cuando hacía algo malo me agarraban a correazos. Le trato de inculcar valores y junto a su madre (la actriz Sara Mara Manrique) le vamos a dar todo lo que está a nuestro alcance.

SOBRE EL AUTOR:

Periodista de Universidad Inca Garcilaso de la Vega. Vivo con el deporte y me gusta la música.