Emanuel Ibañez: " Le cumplí el sueño de mi madre que juegue en el Perú"

Emanuel Ibáñez es argentino-peruano y juega en Cienciano. Este año vino al Perú y la más contenta fue su madre, natural de nuestro país, para más señas de Tumbes.

El volante dijo que doña Gina siempre le decía que venga a jugar a nuestro país, pero él se resistía, hasta que ya no pudo evitar la tentación.
Y no se arrepiente, está contento y poniendo todo, con sus compañeros, para que redunde en una gran campaña con el Papá.  

— ¿Emanuel tienes la nacionalidad peruana, es verdad?
- Nací en 1993, en Buenos Aires. Mi madre es peruana, se apellida Cruz, y siempre me decía que debía venir a conocer a la familia. Recién lo hice este año, porque firmé por Cienciano.

— ¿Cómo fue tu infancia?
- Vivía en Lanús, donde quizás las cosas no andaban tan bien y era un barrio peligroso, se vivía con miedo. Estudié primaria y secundaria en un colegio cerca de casa.

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— ¿Creciste siendo muy rebelde?
- Era rebelde, quizás no me gustaba el colegio, pero cuando tenía que estudiar lo hacía por mi madre y mi familia. Siempre tenía un balón al lado mío, era un “rompe pelota” y paraba en la calle más que en la escuela.

—¿Tus padres te hicieron el alto para que no juegues fútbol?
- Mi mamá Gina y mi papá Claudio Marcelo me llevaron desde chico a un club del barrio, tenía piso de cemento y después en la cancha 11 jugando por Lanús. Siempre mi posición era de volante.

— ¿Y cómo empezó tu despegue?
- A los 15 años estuve en UAI Urquiza, pero di más en Talleres de Remedio de Escalada, equipo de tercera en el que me pude formar y crecer, y logramos ascender.  La gente me agarró cariño y yo también. Es un club del que salieron también, Javier Zanetti y el Tanque Denis, que estuvo en Universitario.

—¿Cómo siguió tu carrera?
-Estuve después en Estudiantes Buenos Aires y subimos a segunda. Luego siguió Temperley, un club lindo con muchas cosas buenas, y el Chacarita. Ahora estoy en Cienciano que es conocido en Argentina por lo que hizo contra River y Boca en la Copa Sudamericana y la Recopa.

—¿Tu fortaleza física es porque te alimentaste con comida peruana?
-Soy especial en el tema de la comida, no conocía mucho de la gastronomía peruana y le decía a mi madre que no me gustaba. Me decía prueba y yo nada, y ahora sí y qué rico. En los cumpleaños siempre ponían cebiche, arroz chaufa, pero yo me quedaba con el lomo saltado.

Promesa cumplida

-¿Antes de llegar a Cienciano había otras propuestas?
-Desde los 15 años mi madre me decía vamos al Perú y siempre había una negativa mía y recién a los 28 años se pudo dar. Tuve propuestas de Chile y de San Martín, Boys y Melgar, pero pensé que Cienciano sería una experiencia muy buena.

-¿Qué hizo tu madre al saber la noticia?
-Se puso a llorar y me dijo que era la oportunidad y que no la desaproveche. Además, era la posibilidad de conocer a mi abuela y mis tíos. Para mí era todo nuevo venir al Perú y cumplir el sueño de mi madre de estar en el país que la vio nacer. Ella ya vino al Cusco y le gustó, pero la pasamos bien en Tumbes, tierra de mi madre y la verdad que me quería quedar.

-Hablas de tu abuela, ¿y tu abuelo?
- Falleció cuando yo tenía 11 años, pero mi mamá me contaba que siempre estaba pendiente de mí y de mi hermano. Tengo buenos recuerdos.

-¿Te adaptaste rápido a la altura del Cusco?
- Veía por televisión los partidos de Argentina con Bolivia en La Paz y decía qué tanto se pueden ahogar, ahora que estoy aquí, la altura no es un mito. En Argentina, el invierno dura dos o tres meses, pero en Cusco hace frío casi todo el año. Pero es un lugar majestuoso con el imponente Machu Picchu.

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Sus apodos

-¿Cuál es tu apodo?
-Acepto todos los apodos. Paolo (Fuentes) y Danilo (Carando) me dicen Cucharita, otros, Ema por mi nombre. Pero somos un grupo maravilloso y sano.

-Seguro que esos días de confraternidad lo celebran con parrilla, ¿tú serás el chef principal?
-Nada. Las parrillas que prepara Danilo (Carando) son impresionantes. Yo soy un buen piloto, hago los picados, pongo la música, nada más.

-¿Qué música escuchas?
-Cumbia argentina del Cuarteto y ahora Paolo Fuentes me está volviendo loco con la salsa. ¿Canto?... Lo hago horrible.