Drogba de los Andes confiesa que ahora es árbitro: “Cuando se ponen sabrosos, les digo que no soy gil”
El exdelantero Juan Carlos Carrillo, ahora de 45 años, colgó los chimpunes, sin embargo, no se alejó de las canchas, pues ahora imparte justicia.
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Si escuchamos el nombre de Juan Carrillo Barbadillo, quizá pasaría desapercibido entre más de uno, pero si mencionamos “Drogba de los Andes”, quién no lo conoce. El exdelantero que hoy frisa los 45 años sigue manteniendo la misma chispa y ahora sigue ligado al fútbol como árbitro amateur dirigiendo en distintas canchas de Lima.
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— ¿De qué barrios eres?
— Yo nací en la Ciudad de Dios, en Villa María del Triunfo, estudié en el 6032 y el Callao parte de la primaria y toda la secundaria en el glorioso 2 de Mayo.
— ¿Qué tal alumno fuiste?
— Yo siempre he sido una persona extrovertida, me gustaba todo lo que es letras, Historia del Perú y Ciencias Sociales, odiaba las matemáticas y no entraba a las clases, me aprobaban por estar en la selección.
— ¿Tu vida ha girado en torno al fútbol?
— Yo soy sobrino de ‘Patrulla’ Barbadillo (primo hermano de mi mamá), lo veía por televisión y siempre decía que quería ser como él. Mi carrera la fui forjando en mi colegio, las pichangas en la calle (cerca de la cervecería Pilsen Callao y Sima).
— ¿Quién fue el técnico que te ayudó a mirar el fútbol con mayor seriedad?
— Cuando estaba en el colegio 2 de Mayo, el profesor Ochoa me observó y me llevó al Sport Boys, donde estuve en las categorías calichín e infantil, pasando a jugar en la liga, segunda (Meteor, Republicana, Aviación), Copa Perú (Unión Progreso de Tacna, Inti Gas, Ayacucho). También se suma César Vallejo, Sport Áncash, León de Huánuco y Willy Serrato.
— ¿Con dos equipos tuviste la ocasión de ascender a primera?
— Con César Vallejo el 2003 y al año siguiente con Sport Áncash.
— ¿Te convertiste en ídolo en Sport Áncash?
— Ganamos, empatamos o perdíamos, salía caminando por los alrededores del estadio (Rosas Pampa) y la gente me respaldaba porque en la cancha me había ‘matado’. Niños, jóvenes, madres, abuelas me pedían fotos y autógrafos. Yo soy gente de barrio, viví en Gambetta en el Callao, entraba a la chacota, pero la que se molestaba era mi señora, que me decía que no les dé mucha confianza, pero le respondía: ‘no soy agrandado’. Algún día regresaré a Huaraz para apoyar al Sport Áncash.
— ¿Has sacado cálculos de cuántos goles anotaste?
— Una vez conversando con Aldo Olcese le dije que debía tener más goles que Pelé, porque en todos los equipos que jugué siempre fui goleador. Debo tener más de mil.
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Le gusta el apelativo
— ¿Qué sentiste cuando te empezaron a llamar Drogba de los Andes?
— Primero porque no tenía referenciado a Didier Drogba, busqué más información y llegué a la conclusión de que no me parecía a él, sino que el marfileño se parece a mí. Te diré que ese apelativo me ayudó en mi carrera porque si seguía solo con Juan Carrillo pasaba desapercibido.
— ¿Había diferencia entre tu billetera y la de Drogba?
— La mía tenía intis y telarañas y la de él euros o dólares. Cuando yo metía la mano a mi bolsillo había dos cocodrilos que querían sacarme los dedos (ja, ja, ja).
— ¿Y cómo van con los carros?
— Él tiene un Mercedes Benz (SLR McLaren Roadster) y yo mi carro sanguchero. Tiene Drogba un reloj con diamantes y yo un reloj de arena.
— ¿Dicen tus amistades que vas bien en el canto?
— Nada, a pesar de que mamita Clarita era cantante criolla, pero está mi hermana Elisabeth que le sigue los pasos. A mi madre le agradezco porque ella me apoyaba con los pasajes para ir a entrenar al Boys, me dio valores para no equivocarme de camino.Juez imparcial.
— ¿Fue difícil retirarte?
— A los 37 años tomé la decisión, ya no estaba para concentraciones o entrenamientos. Ahora mi hijo de 23 años sigue mi huella en el José Gálvez.
— ¿Qué pensaste seguir?
— Estaba en duda, pero mi hermano que es árbitro aficionado me llevó a dirigir. Ya son cinco años. Me llaman de San Juan de Lurigancho, Comas, Barrios Altos y los barrios picantes del Callao. Se me hace fácil arbitrar porque la gente me conoce.
— ¿Pero te habrás encontrado con jugadores faltosos?
— Me encontré con chicos agrandados que me dicen: “Tú porque tuviste dos minutos en Primera te crees bacán”. Le respondí en ‘one’: “Tranquilo, hablas como jugador consagrado y juegas aquí en cancha de cemento”. A algunos les dije que no soy gil, que tengo barrio, no soy sano y se tranquilizaron.
— ¿No te dejas presionar por la hinchada?
— Mayormente entro a la joda, si me meten una ‘chiquita’ respondo. Casi siempre es un show y hasta me tomo fotos.
— ¿Has utilizado el VAR?
— En un partido picante por las hinchadas, me dije cómo bajo la tensión. Ante una jugada dudosa hice la señalización que consultaría al BAR y no VAR, vi a un amigo que estaba tomando una chelita, tomé un vaso y me lo empujé. Con eso me metí a la gente en el bolsillo.
— ¿Verdad que en el Torneo de Leyendas, donde juegas por Municipal, presionas a tus colegas?
— Nada, juego los partidos tranquilo. Es una grata experiencia que a mis 45 años pueda volver a jugar con colegas como Olcese, Gonzales Vigil, Tenemás, Montalvo, Sawa, Del Pozo, Salas, Portilla y Ray Caballero.
— ¿No te picó el bicho de ser DT?
— No, porque he visto muchas veces a dirigentes que te quieren armar el equipo, no dan opción de contratar jugadores. Hay personas que juegan con la ilusión de algunos chicos sin condiciones, les piden dinero para colocarlos en reservas de equipos.
Periodista de Universidad Inca Garcilaso de la Vega. Vivo con el deporte y me gusta la música.