Teddy Cardama: "Cuando murió mi hijo, pensé en no dirigir más"
El recuerdo de un consejo de Teddy junior le hizo tomar impulso de nuevo y ahí va. Hoy dirige al Aurich en la Liga 2 y aunque tiene un plantel corto, no piensa tirar la toalla.
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Muy sentida es la muerte cuando el padre queda vivo, dicen. Eso le pasó a Teddy Cardama. Su hijo querido se fue muy joven hace dos años por un maldito cáncer y el mundo se le vino encima. Pensó en renunciar a todo, no quería saber más de nada, pero recordó una frase de Teddy junior que lo sacó a flote.
Es así como el DT sigue dirigiendo, hoy al frente de Juan Aurich, que no pasa por un gran momento, pero Cardama no es de tirar la toalla así nomás. El recuerdo de Teddy junior le anima a seguir en la brega.
— Estás en una nueva experiencia como técnico dirigiendo al Juan Aurich en la Liga 2, ¿cómo lo estás afrontando?
—Me vine acá por un factor sentimental, porque pude estar dirigiendo en la Liga 1 y se manejaron dos opciones. ¿Sabes?, estoy en el mismo hotel donde vivía con Tedicito (fue su asistente en Los Caimanes en el 2013 y 2014, y estar aquí es como reencontrarme con él. Y...
— ¿Y qué más?
— En este hotel también vivía mi compadre Miguel Miranda (el ex portero fallecido el año pasado en Chongoyape).
— La muerte de tu hijo te golpeó duramente, me imagino...
— Yo siento que hasta ahora mi hijo no se ha ido. Lo que pasa es que la relación con Teddycito no era de padre a hijo, sino de amigo y colega.
— Sé que luchó con usted hasta el final.
—Sí, buscando su curación me desprendí de propiedades, dinero, y creo que lo volvería a hacer. Me quedó la tranquilidad de que dejé todo en la cancha. Su partida es algo que no puedo olvidar y no quiero olvidar...
Con lo justo
—Estuviste a punto de dejar de dirigir, que querías dejar todo.
—Sí. No quería dirigir más. Pero entendí que debía seguir adelante como hombre de fútbol. Recordé también algunas palabras de mi hijo que cuando me veía decaer decía: “Déjate de joder, vamos para adelante papá”. Yo creo que en otra época era mi padre y yo su hijo. Creo que aprendí más de él que él de mí.
— Ahora tu presente es Juan Aurich, pero el Ciclón no está soplando con fuerza por sus innumerables problemas, apenas tiene pocos jugadores hábiles para afrontar el torneo, ¿no?
—Sí, han surgido algunas dificultades en las tres primeras fechas, solo hemos contado con 12, 13 y 11 jugadores.
— ¿Cuál es el problema en sí?
— Hubo deficiencias por no decir otra cosa, no se presentaron a tiempo los exámenes médicos y el 70% de mi equipo está afuera.
— ¿Ya no hay marcha atrás?
— Las reglas son las reglas y hay que respetarlas. En el partido con Llacuabamba terminamos con 9 jugadores por dos expulsados. Y en el partido de la tercera fecha que ganamos a Los Chankas, para completar tuvimos que hacer jugar a Ángel Flores, que un día antes había estado internado por un virus, a un chico Antón, que tenía desgarro medio y jugó parado en su zona, y dos chicos de la Copa Centenario.
— ¿Cuántos jugadores tiene habilitados para jugar los próximos partidos?
— Trece tienen carnet, pero dos se encuentran lesionados.
— ¿Y no pensaste en patear el tablero?
— Sí, quise renunciar, pero en el primer partido hablaron conmigo los dirigentes y los chicos me pidieron que los apoye, sobre todo los que traje y que ahora ven los partidos desde la tribuna, como el argentino Osvaldo Cabral, Agustín Álvarez, Cristian Dávila, Diego Chávez, Pierre Orosco, entre otros.
—También escuchamos tu fastidio porque Llacuabamba no les ganó bien.
— Sí... Hay errores inducidos de los árbitros. Llacuabamba juega en una canchita donde no entra cámara de TV, pues el partido no es televisado y se presta a suspicacias. Hasta los 89 minutos ganábamos 1-0, pero en el minuto 90 nos expulsan a dos jugadores y se da tiempo adicional y nos voltean el partido 2-1, en una ciudad que tiene 2.641 metros de altitud. Ahí no queda todo.
— ¿Qué más pasó?
— El segundo gol no ingresa la pelota y el juez de línea corrió al centro de campo cobrando gol. Detrás de él estaban los mineros que sostienen al Llacuabamba. Es una locura. Cómo te defiendes ante ese atropello, parece un fútbol amateur más que otra cosa. Nosotros tenemos los videos.
— En ese partido tuviste un encontrón con Revollar, DT de Llacuabamba.
— Nada, me acerqué donde Revollar y le dije que ese es un triunfo que no se debe celebrar, que vaya directo al camerino y así fue.
— Unión Comercio es el líder de la Liga 2, ¿cómo ves el torneo?
— Es un campeonato muy apretado. Nosotros, con la presencia de todo el plantel, le ganamos el amistoso al Carlos Stein y empatamos con César Vallejo, así que otra cosa sería con todo nuestro equipo, pero vamos a luchar. Ni lo duden.
Periodista de Universidad Inca Garcilaso de la Vega. Vivo con el deporte y me gusta la música.