El charapa Salazar recuerda el recibimiento que tuvo en Alianza Lima: "Enrique me dijo que yo nunca iba a jugar"

Ve una camiseta blanquiazul y los recuerdos afloran al momento, pues los cinco mejores años de su carrera los pasó en Alianza Lima. Hoy, Marcial Salazar hace un alto en sus labores cotidianas en su natal Iquitos para repasar la actualidad del cuadro íntimo, que está primero y arrasando en la fase 2 de la Liga 1, con Jefferson Farfán y Hernán Barcos, como figuras indiscutibles. El Charapa también recordó el primer momento que llegó al club y el cruce de palabras que tuvo con el Loco Enrique por el puesto.

—¿Cómo analizas la actualidad de Alianza Lima?

—Muy bien por el club y por todos los que queremos a Alianza. Al club le va bien en todo aspecto, luego de lo sucedido el año pasado. El equipo va puntero y haciendo buenos partidos, la recuperación de Jefferson Farfán también me alegra bastante.

—Si antes se criticaba la gestión de los dirigentes, ¿ahora se debe aplaudir?

—Lo principal en un equipo grande como Alianza es que los jugadores deben saber que están en una institución que merece mucho respeto, mucho cuidado y mucho trabajo. Es un equipo que todas las semanas debe sacar buenos resultados y para eso debes ser consciente de la responsabilidad en la que estás. Creo que el año pasado no sucedió eso, pero ahora el grupo anda bien, los chicos caminan bien y tiene un buen comando técnico que los hace caminar bien.

Entre figuras

—¿Tener a Jefferson Farfán es un plus adicional?

—La habilidad de Jefferson en el club motiva a todos. Como compañeros, muchos de los chicos se motivan, ven el esfuerzo que hace, la dedicación que pone para recuperarse y estar cada partido. Es digno de alabar eso porque no ha sido una lesión fácil de superar. Como hincha de Alianza y amigo de Jefferson me alegra su recuperación. Ha puesto su granito de arena para sacar al club adelante.

—¿Llega bien para el partido contra Chile?

—En verdad me causó sorpresa su convocatoria, pero Jefferson es un jugador importante para la selección. No está al 100% en lo futbolístico, pero para el grupo es importante. Estos partidos son cruciales para poder remontar y tener esperanzas de clasificar al mundial. Saludo y felicito su convocatoria.

—¿Qué jugador te motivaba el doble cuando llegaste a Alianza?

—El mismo hecho de llegar a Alianza Lima y las ganas de salir adelante como provinciano ya era una responsabilidad enorme, pero conocer al maestro Cueto y estar rodeado de jugadores como Waldir Sáenz, el Churre Hinostroza, Jayo, entre otros, fue único. Encontrar a un grupo que se trataba como una familia es algo que solo con trabajo se podía retribuir.

Cosa de loco

—¿Es cierto que en tu primer día en Alianza el Loco Enrique te cuadró?

—Yo llegué al equipo el 95 y cuando me estaba cambiando en el camerino se me acercó el Loco y me dijo: “Para qué llegas a Alianza si nunca vas a jugar”. En eso apareció Marcelo Sozzani y gritó que no le hiciera caso al Loco. Eso no me amilanó, más bien rescaté lo positivo de Enrique, porque era un gran jugador y dentro del campo demostraba su coraje y amor por el club.

—Al final, el Loco se equivocó…

—Sí, pero lo dijo de broma (risas). Tuve la suerte que cuando se fue me quedé en el puesto por muchos años.

—¿Qué tan importante es un jugador como Barcos para el grupo hoy en día?

—Son muy importante los líderes positivos y Barcos es uno de ellos. Con ellos es fácil que el grupo se mantenga unido y se respete. Pero también hay los otros que quieren hacer daño. Cuando campeonamos después de 18 años, el grupo era excelente, todos eran amigos y compañeros.

—¿En tu carrera cuántos líderes negativos tuviste?

—Muchos, esos líderes no aportan nada. Como jugador a veces uno lo deja pasar, pero ahora como entrenador prefiero dejar afuera a este tipo de personas y quedarme con jugadores que son grandes personas.

—¿Cómo ves a Waldir como comentarista?

—Yo siempre le deseo lo mejor a todos y me alegra mucho que esté en la televisión. He visto algunos programas y va bien. Conoce el fútbol desde dentro. Me alegro por él.