'Petróleo' García recuerda cuando trabajó con el DT argentino: "Fui el espía de Sampaoli"

Fredy Manuel García Loayza (61), conocido en el ambiente futbolístico como Petróleo o Peptróleo, recordó su etapa como asistente de Jorge Sampaoli en el Bolognesi de Tacna.

En charla con Match Deportes, García reveló algunas cosas del entrenador argentino, quien hoy dirige al Olympique de Marsella.

¿Qué es de su vida, profesor?

Con esto del Covid-19 estamos encajonados en Tacna con la familia.

Los técnicos se han visto afectados económicamente. ¿Cómo le fue a usted?

Estoy metido en el fútbol 20 años, no saltándose ningún proceso. Desde el 2009 en Total Clean mi vida alcanzó una planificación en el sentido de que decían nuestros padres que la adversidad no nos coja con los pantalones abajo, siempre hay que tener un respaldo económico. Estoy metido todo este tiempo en lo que es confección de polos, rubro en que domino y que soy apoyado por mis hijos mayores lo que es la venta y alquiler de talleres de confección en Arequipa, Tacna y Lima.

Recordar es volver a vivir, ¿qué nos dice del trabajo que realizaba con Jorge Sampaoli?

Soy un agradecido a los técnicos que ayudaron en mis inicios. Trabajé con Sampaoli casi dos años y medio en Bolognesi, y el otro asistente era Sebastián Beccacece, que ahora está en Defensa y Justicia. Sampaoli venía de dirigir al Juan Aurich y Sport Boys. Era muy estudioso, me ha dejado mucho aprendizaje. Quizá el tema afectivo no era lo mejor, pero si muy trabajador, moría en su propuesta 3-3-1-3 y el pressing alto.

¿Pressing?

Sí, pero era complicado, porque se necesitaban jugadores preparados para ello. Un jugador de 30 años que había jugado a ritmo de paseo, no se acostumbraba.

¿Tenía alguna reacción particular?

Cuando perdíamos, lloraba, se pegaba a la pared, agarraba su mochila y todo el comando técnico detrás. Hubo un momento en que se presentaron 10 partidos sin ganar, me dijo si no ganaba el siguiente se iba, pero yo no me iba porque era de la casa de Bolognesi.

Otra anécdota que recuerde.

Él no podía dormir previo a los partidos, se tomaba una pastilla. Un día regresábamos en búscame a Tacna, tras jugar en Arequipa, siempre leyendo a Bielsa, era su seguidor. De pronto se pasa a un asiento de adelante, había sufrido una descompensación. Al día siguiente el doctor le preguntó y respondió que tomó 4 pastillas porque el equipo había perdido.

Hay leyendas urbanas que dicen que Sampaoli utilizaba a ustede de “espía”.

La táctica fija es trabajoso y al futbolista peruano no le gusta, pero con Sampaoli ya se trabajaba. Siempre quería tener conocimiento del rival y sí, me utilizó de espía. Todos los partidos teníamos espionaje. Recuerdo que teníamos que ir a Sullana, no en avión, sino en bus. El último bus salió a las 10 de la noche, llegaba al día siguiente. Fui al Campeones del 36, el guardián me contuvo, vi poco, pero no podía regresar sin la debida información.

¿Qué hizo entonces?

Veo salir a Chiroque que no me conocía. Saco mi celular y me hago pasar como periodista entrevistándolo para sacar información y me dice que estaba lesionado. Jorge tenía conocimiento del rival. Luego me pasé a observar a Cienciano de Uribe, así le pase todo el año.

¿Por qué no lo llevó al Cristal el 2007?

Esa misma noche que lo contacta, me hace la oferta para ir. Le pedía dar la respuesta al día siguiente, me dijo “es hoy” y me quedé en Bolognesi.

EL AUTOMOVILISMO

Aparte del fútbol, ¿cuál es su otra pasión?

Todas las vidas me apasionan los autos y las motos. Soy pura adrenalina, me gusta estar al filo de la navaja. Tenemos un grupo de 10 y 12 personas en moto extremo y los carros me gustan que estén listos para prender. A mi madre, que es de una avanzada edad, le he condicionado un Jeep para dejarla en la misma orilla del mar.

¿Le gustaba ver las grandes competencias de automovilismo?

Desde que estaban los Premios de la República pasando por Tacna, con los Datsun, Toyota, Los Caminos del Inca cuando estaba Arnaldo Alvarado y Pitty Block.

¿Se animaría a correr Caminos del Inca?

Siempre lo pensé, pero no sé si ahora los reflejos me alcanzarían. Eso sí, sin la foto de mi familia en el tablero, porque cuando miras la foto, al tocar, pisas el freno pensando que te esperan en casa.