El Diablo Carazas: “Ahora fácil hubiera hecho mucha plata”

Jorge Vélez de Villa

Fotos: Arturo Pérez

Supo tocar el cielo a punta de goles y juego pícaro. Eddy Carazas fue un delantero que tuvo su apogeo en la “U” ganadora de los 90. También jugó por la selección que quedó en el cuarto lugar de la Copa América de Bolivia 97 y, como todo chico palomilla de barrio, tiene mucho que contar.  

El “Diablo”, como para no perder la costumbre,  ha jugado con la “U” en la Liga Súper 7 en el Bonilla de Miraflores, y, para ir acostumbrándose a su nueva carrera, trabaja también en las divisiones menores de  César Vallejo. 

Como quien dice está a tono con la entrevista. Este es el ayer y hoy de un “Diablo” bueno, palomilla, de barrio, que se hizo querer por todos aun cuando a muchos les hizo muchas diabluras. Con la pelota, claro está.

EL DEBUT SOÑADO 

—Muchos te recuerdan como el “Diablo” Carazas más que por Eddy Carazas...

−Esa chapa me la puso un diario deportivo hace algunos años y la gente al toque me identificó con ese apelativo. 

 —También fuiste un “diablo” dentro y fueras de las canchas, ¿o no?

−Como todo joven que a veces hace cosas por inmadurez, pero no me arrepiento de nada, porque ahí está Dios para juzgarte. 

—La gente casi no sabe nada de ti desde que te retiraste, ¿qué estás haciendo?

−A parte de que acabamos de terminar con ex compañeros de jugar en el Bonilla, trabajo en la César Vallejo en la división de menores. Por eso tengo un agradecimiento a Jean Ferrari, quien es el gerente deportivo del club. 

—Debutaste el 96 en la “U” que en esa época campeonó varias veces...

−Sí, debuté ese año en el torneo local y en la Copa Libertadores con el profesor Markarián. En ese equipo estaban Ferrari, el “Cheta” Domínguez, el “Puma” Carranza, Paolo Maldonado, Guadalupe y muchos más. Ah, el “Cheta” tiene dos pies izquierdos cuando juega fulbito (risas). 

—Los hinchas cremas te recuerdan por el gol que le hiciste a Peñarol en Montevideo en esa Copa Libertadores...

−Te cuento una anécdota de ese partido. 

—A ver...

SUEÑO "MÁGICO"

−La noche anterior me puse a orar mientras esperaba que se duerma el amo del calabozo, que era el “Mágico” Gonzales. Luego me eché a dormir y a la mañana siguiente me levanté y le dije al “Mágico” que había soñado que ganábamos y que los dos haríamos los goles.  

—Obviamente no te creyó...

−Él lo tomó en broma, me dijo que no hablara tonterías. Después, cuando  terminó el partido, le dije:  ¡Ves, qué te dije...! Él y yo hicimos los goles del 2-1 con que ganamos a Peñarol en su propia cancha.  

—¿Cuéntale a los chicos cómo fue tu gol? 

−A ver: el “Loco” Gonzales cobró un tiro libre directo al arco, el arquero da rebote y yo que estaba cerca la empujé e hice el gol. Era mi debut en la Copa Libertadores y, de paso, conseguí un tanto.  

—Ese partido lo dirige “Pichicho” Benavides porque Markarián renuncia...

−Sí. Muchos pensaron que nos iban a golear y nadie daba un peso por nosotros. “Pichicho”, con un 1.20 m, fue un gigante en el Centenario. En el camarín celebramos como si hubieramos campeonado. 

—Al año siguiente fuiste convocado a la selección para la Copa América de Bolivia e hiciste un gol también en el triunfo ante Argentina...

−Ese es otro partido que no lo voy a olvidar, hermano. Igual, mucha gente no confiaba en nosotros y terminamos ganando con un gol mío y otro de Martín Hidalgo. Nos dirigió Ternero. Lo malo es que llegaron los “salados”... 

—¿Cómo así?

−Es que para la etapa de grupos no había ido ningún dirigente, pero cuando clasificamos llegó una mancha de directivos, con Delfino a la cabeza, el mufa mayor. Nos tocó enfrentar a Brasil y nos metió siete goles (risas). 

HAZTE FAMA Y...

—Pasando a otro tema, a ti te hicieron fama de borracho. ¿Qué tan cierto era?

—No, pues, hubo mucha prensa que solo se fijaba en lo malo de un jugador. Yo nunca fui un santo, pero tuve mis límites y, si cometí errores, ya los pagué.

—Pero reconoces que te gustaba tomar...

−Eso es mentira. Como todo joven que de un momento a otro gana fama y dinero quizá no te das cuenta y cometes excesos, pero esas cosas son del pasado y ya pagué por todo. 

—O sea, ahora estás tranquilo...

−Mira, compadre, si te encuentras con un pata después de tiempo y te vas a comer un cebiche, ¿qué te pides? ¿una gaseosa? ¿una chicha? Ya, pues, mínimo su cerveza para bajar la comida, ¿o no? 

—Y qué opinas de los futbolistas de ahora, que ganan harta plata y arman encerronas...

 −A veces pienso de cómo me gustaría ser jugador en estos tiempos. Con mis condiciones, fácil hubiera hecho un buen billete. Ahora cualquiera con un buen empresario puede irse a jugar a Europa. Antes tenías que sufrirla para salir. Lo peor es que se van y a los meses se regresan. No tienen fortaleza mental.