Conozcan al seguridad de los jugadores más rankeados de la bicolor

Por: Eduardo Guerrero

Imagina el Estadio Nacional como un coliseo romano y viaja en el tiempo. Es un gladiador, pero que ahora lucha no para el emperador, si no por los integrantes de la selección peruana de fútbol y su comando técnico y sobre todo de Jefferson Farfán.

Y es que el Mayor PNP Félix Isisola Villalobos, campeón mundial en lucha grecorromana, es el encargado de cuidar al volante del Shalke 04 alemán cuando viene a jugar por la bicolor.

Es su sombra. Pero sobre todo le da serenidad para que entre al campo sin presiones de hinchas fanáticos o revoltosos que no dudan en arrancar hasta las prendas íntimas del jugador. 

También cuida  que a Jefferson no le roben sus relojes de 50 mil dólares, cuenta Isisola.

—¿Qué es lo más importante de tu trabajo en la selección?

—Darle la seguridad, la tranquilidad emocional al jugador, antes, durante y después de un cotejo de fútbol. 

—¿Ellos temen que algo les puedan pasar?

— Es importante que el deportista esté concentrado y no temeroso de que un fanático le arranque la camiseta por ganar un partido o quiera acuchillarlo por perderlo, hay todo tipo de gente, y mis sentidos tienen que estar alertas para detectar a estos elementos que no encajan en una escena.

—¿Te consideras un gladiador moderno?

— Soy campeón en lucha grecorromana, en esos tiempos los luchadores tenían una dieta balanceada, eran muy espirituales, pero tenían una ferocidad terrible en el combate. Los hijos de los emperadores practicaban lucha grecorromana.

—¿Cual es la base de tu éxito y cómo puedes aplicarla en un jugador de fútbol?

— A veces en el Perú, cuando hablamos de fútbol sólo se habla de táctica y técnica, pero se descuida la parte psicológica y fisica, lo que yo llamo un atleta de alto rendimiento competitivo.

Hasta el el año 82, Perú iba a los mundiales por las dos primeras cualidades, pero luego otros países aplicaron el potencial o biotipo  físico con fundamentos psicológicos como la base de su éxito, como Ecuador y Colombia y ahora el mismo Venezuela.

—¿Qué anécdotas con la selección que te han marcado?

— Tengo varias.Antes que remodelen el Nacional, cuando los jugadores iban del camerín al bus luego del partido se aglomeraban gente de todo tipo, periodistas, representantes, anfitrionas. A más de un jugador le robaron la billetera pero agarramos a los rateros y le devolvimos sus cosas a los jugadores.

— ¿ Y cómo es el trato con Jefferson

—Es un muchacho muy profesional. Hay que cuidar al hombre para que entre suelto a la cancha y haga lo suyo, y luego también para que no le sustraigan sus relojes de 50 mil dólares. (sonríe Isisola).

— ¿ Has tenido que usar tus cualidades deportivas para espantar fanáticos o en la calle que ahora está tan peligrosa.

— Sí. En una oportunidad tuve que reducir a un fanático peruano que venía de Estados Unidos luego de 20 años, y quería abrazar a la “Foquita”.El tipo medía 2 metros, y pesaba como 150 kilos. Le hice una llave y lo llevé al piso. Al final Jefferson le firmó la camiseta y el sujeto lloró de emoción.

—¿Qué planes en el tramo competitivo?

—En agosto viajó a Irlanda al campeonato mundial. Tengo que bajar de 94 a 84 kilos. Pero con disciplina y una nutrición adecuada lo lograré.

—¿Hay gladiador para rato?

—Claro. “Ave Cesar Morituri Te Salutan” ( Ave Cesar los que vamos a morir te saludan). Y en verdad yo mato por la seguridad de Jefferson y de la selección.