Un niño de seis años es el último de la casa en irse a dormir, porque está convencido que ni bien cierre los ojos sus padres aprovecharán para tener sexo.
"El mismo instante en que yo caiga rendido aprovecharán para ponerse uno encima del otro y hacer cosas que, honestamente, preferiría que no hicieran", comentó Rubén Sanchis al explicar a los periodistas la razón por la que no obedece a sus padres cuando lo mandan a la cama.
“Me despisté un día y ahora tengo un hermano que me roba los juguetes, no es ninguna tontería”, comenta el pequeño.
Rubén dice que persistirá en su esfuerzo para evitar que sus padres tengan sexo.
Los padres de Rubén están muy interesados en que se vaya a dormir y desde muy temprano le ordenan que se ponga el pijama y se vaya a la cama.
"Debo ser fuerte y luchar contra el sueño", dice.
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