Tener sexo anal es muy placentero y no está exento de sentir dolor, sin embargo, este debe ser muy ligero, imperceptible. Pero si, por el contrario, tu pareja se queja y resiste a hacerlo por atrás, de seguro es porque no está siendo bien estimulada.
Presta atención a la siguiente lista y corrige los errores que les impiden disfrutar de esta práctica sexual.
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Cuando el esfínter se dilata apropiadamente, el sexo anal deja de ser doloroso. La estimulación de estos músculos se puede realizar de manera individual o con la pareja. Consiste en acariciar con la punta de los dedos la zona. También resulta de gran ayuda pasar la lengua alrededor de esta parte íntima del cuerpo.
Esto se ve generalmente en hombres poco experimentados que intentan introducir el pene rápidamente, algunos incluso con la intención de tomar de sorpresa a su pareja. Hacerlo así resulta muy doloroso y puede ocasionar un desgarro que los lleve directamente al hospital.
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Esta zona del cuerpo no genera lubricación naturalmente, por ello se debe recurrir a geles y lubricantes artificiales para disfrutar del sexo. En el mercado existen estos productos que además de venir en sabores variados, tienen propiedades dilatadoras. Los más recomendados son aquellos con base de agua porque no rompen los condones ni manchan las sábanas como si lo hacen los aceitosos.
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Es muy importante para el sexo que la pareja se encuentre totalmente relajada y con ganas de practicarlo. Hacerlo por compromiso hace que la persona se encuentre tensa y fastidiada. Lo que se refleja en la dureza de los músculos que al forzarlos producen dolor.
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