Cuando la luz se apaga y nos acostamos entre las sábanas, la mente deambula y comienza una nueva vida. Se liberan los deseos y temores más profundos que no reconocemos cuando estamos despiertos. Se podría decir que el ser humano se libera mientras sueña. ¿Cuántas veces hemos tenido sueños eróticos que no hemos podido comprender o realizar? ¿Cuántas ocasiones hemos soñado despierto con la posibilidad de conectarnos mejor sexualmente con nuestra pareja o con alguien que nos interesa? Los sueños eróticos se diferencian de la conducta sexual y social que practicamos despiertos. Éstos pueden ser impetuosos, absurdos, seductores y perversos.
Cuando la luz se apaga y nos acostamos entre las sábanas, la mente deambula y comienza una nueva vida. Se liberan los deseos y temores más profundos que no reconocemos cuando estamos despiertos. Se podría decir que el ser humano se libera mientras sueña. ¿Cuántas veces hemos tenido sueños eróticos que no hemos podido comprender o realizar? ¿Cuántas ocasiones hemos soñado despierto con la posibilidad de conectarnos mejor sexualmente con nuestra pareja o con alguien que nos interesa? Los sueños eróticos se diferencian de la conducta sexual y social que practicamos despiertos. Éstos pueden ser impetuosos, absurdos, seductores y perversos.
Cuando la luz se apaga y nos acostamos entre las sábanas, la mente deambula y comienza una nueva vida. Se liberan los deseos y temores más profundos que no reconocemos cuando estamos despiertos. Se podría decir que el ser humano se libera mientras sueña. ¿Cuántas veces hemos tenido sueños eróticos que no hemos podido comprender o realizar? ¿Cuántas ocasiones hemos soñado despierto con la posibilidad de conectarnos mejor sexualmente con nuestra pareja o con alguien que nos interesa? Los sueños eróticos se diferencian de la conducta sexual y social que practicamos despiertos. Éstos pueden ser impetuosos, absurdos, seductores y perversos.