Los gatos son animales extremadamente limpios por eso, es un hecho habitual que destinen parte de su tiempo a asearse y acicalarse con ayuda de su lengua.
Sin embargo, estas mascotas odian el agua, huyen hasta de una gota de agua que les pueda caer de algún lugar. Pero, ¿sabes por qué los mininos tienen tanto miedo al agua? Acá los motivos:
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El sistema respiratorio de los gatos es muy delicado, y huir del agua es una forma de protegerse de posibles ahogamientos, gripes o resfriados, así como de otras enfermedades respiratorias.
Los gatos son animales muy inteligentes y su cuerpo actúa como el nuestro: se defienden de lo que creen que les puede hacer daño.
Si tuvieras que decir cuál es la mayor obsesión de los gatos, ¿qué dirías? Obvio, la de acicalarse. Pues bien, esta obsesión por lamerse todo el tiempo es con el fin de estar limpios y tener el pelo brillante.
Su lengua tiene queratina, además de que la rasposidad de esta actúa como un cepillo. Esto permite que su apariencia sea para cantarle aquello de “antes muerta que sencilla”.
¿Por qué iban a estropear tanta belleza y el esfuerzo que conseguirla conlleva con un baño en ese líquido que odian? ¡No tiene sentido! Es como si tú fueras a la playa el mismo día de haber estado en la peluquería.
El tercer motivo por el que los gatos no quieren mojarse es porque quieren mantener su olor corporal, el cual les permite relacionarse con las personas, con sus congéneres y con su entorno.
Por ejemplo, detrás de sus orejas es donde más glándulas segregan, motivo por el que siempre quieren frotar todo con su cabeza. Estas glándulas le permiten conocer su entorno y a aquellos que los rodean.
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Otro de los motivos por los que los gatos tienen miedo al agua es porque no lo llevan en los genes. Si vamos atrás en el tiempo, los gatos provienen de regiones desérticas, en las que el agua brilla por su ausencia.
Poco a poco, con la evolución de los felinos y su expansión por diversos lugares del mundo, les hicieron conocer y adecuarse al agua. Aunque no lo creas, hay muchos gatos que adoran este líquido que otros muchos parecen odiar.
Vista esta información, se puede concluir que los gatos no tienen miedo al agua realmente, sino que la evitan para no perder la salud o su belleza. ¿Quién puede negar la inteligencia de los felinos?
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