Masturbar a un hombre puede ser tan complicado como masturbar a una mujer. Existen errores de ejecución y tacto que pueden desmotivar a la pareja a seguir en el sexo. Presta atención:
La presión que se ejerce sobre el miembro viril debe ser moderada, porque les duele. Se debe comenzar suavemente, para avanzar de manera gradual y solo aplicar mayor intensidad cuando tu pareja lo pide o este a punto de venirse.
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Muchos sexólogos concuerdan en que la masturbación es sexo, no la antesala a una felación o al coito mismo. Por ello, no podemos comenzar y luego dejarlo a la mitad para hacer otra cosa.
Si recién comienzas a tener intimidad con tu pareja, y aún no conoces bien el funcionamiento de su pene, no lo hagas de cualquier manera, utiliza una técnica básica como la "cucharita", consiste en juntar todo los dedos formando una cucharita donde encaje el glande. Es muy agradable y da buenos resultados.
Cada hombre tiene su propio técnica para masturbarse, hacia arriba, abajo, estimulando el tronco o frotando el glande. Estudia cuál es la que más placer le otorga a tu pareja e imitala.
Friccionar el pene sin humedecerlo antes con saliva o lubricante, podría dificultar la acción, provocar dolor e incluso causar heridas a tu pareja.
Si solo te dedicas a mover la mano de arriba para abajo sin nada más, estás teniendo sexo aburrido. Mejor es intercalar la masturbación con algo de sexo oral o caricias en otras zonas erógenas como la entrepierna y el ano con la mano libre.
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El sexo pierde fuego e intensidad si durante los encuentros sexuales la masturbación se hace por seguir la rutina. Lo puede hacer en otras ocasiones como cuando estés indispuesta por la regla pero tienes ganas de gozar junto a él.
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