Ser tímido no es nada malo, siempre y cuando no vaya a los extremos y se convierta en ansiedad o fobia social.De hecho, tener un cierto grado de timidez puede ser beneficioso, ya que ayuda a que uno sea más prudente y más cauto.
El punto clave está en saber cómo afrontarla y sacar lo mejor de cada niño reforzando su autoestima. Conoce algunos consejos que puede ayudar.
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La sobreprotección no ayuda a que el niño supere poco a poco su timidez. Tampoco es aconsejable evitar las situaciones que pueden ser incómodas para el pequeño.
Es importante valorar las actitudes positivas ante la timidez y reconocer con palabras el mérito de tu hijo.
No es bueno compararlo con otros niños, si lo haces, alimentarás su inseguridad y mermarás su criterio.
Descubre sus miedos a través del diálogo te dará pistas para ayudarlo a combatirlos.
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De este modo se sentirá valioso y reconocido, capaz de tomar la iniciativa.
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