El sérum ya es parte de la rutina de belleza de casi todas las mujeres, ¿sabes por qué? Es que es magia pura en un solo frasco: hidrata, ilumina y rejuvenece el rostro. Pero, si aún no te has convencido de probar este producto, te invitamos a que descubras todos sus beneficios.
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¡Sí! El sérum o suero facial es una sustancia con activos de alta concentración que tiene una textura mucho más ligera que la de las cremas. Esto hace que penetre fácilmente en la piel y así, podamos obtener resultados más eficaces, rápidos y visibles.
Seguramente has visto un montón de tipos de sueros, pero todo depende de la necesidad de tu rostro.
Casi todas recurren a él para combatir el envejecimiento prematuro y las líneas de expresión, aunque también los hay para despigmentar, calmar la piel, controlar la producción de grasa, hidratar o retrasar la oxidación celular. Antes de optar por alguno, mira tu rostro a la luz del día y analiza lo que te hace falta.
El sérum debe ponerse sobre la cara súper limpia después del tónico. Todo lo que debes hacer es colocar la cantidad de producto que indique el frasco y distribuírla con masajes circulares y ascendentes por toda el área.
Deja que tu piel lo absorba por completo para que aproveches todas sus propiedades y ahora sí, continúa con la crema. ¡Sus beneficios también se potencializarán!
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Lo ideal es hacerlo dos veces, en la mañana y en la noche. De día, a nosotras nos encanta usar alguno que contenga antioxidantes (como vitamina C) y de noche, cualquiera a base de ácido hialurónico para que penetre profundamente en las líneas mientras dormimos.
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