Lograr que un niño se vaya a la cama temprano, y que se quede allí toda la noche, puede ser un gran desafío para todos los padres. Y ya sabes lo que sucede cuando no descansan lo suficiente: se irritan, no controlan sus emociones y muchas cosas más. ¡No es para nada divertido!
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Es que dormir es realmente reparador y en los niños este beneficio es más que necesario para iniciar un nuevo día cargado de energías y buen humor. “Además implica beneficios de tipo neurológico, a nivel cognitivo y al despertar el pequeño presenta una mejor atención, concentración y memoria”, explica Irma Reginaldo, psicóloga del Instituto de Psicología Integral Riqchariy.
Según la especialista, las horas de sueño ideal varía de acuerdo a su edad: un niño de 3 a 5 años se recomienda que duerma entre 10 a 13 horas, mientras que un niño de 6 a 13 años entre 9 a 11 horas.
Por ello, si tu niño presenta algunos problemas para ir a la cama y dormir como angelito, la psicóloga recomienda evaluar, en primera instancia, si la familia está atravesando momentos difíciles que no dejan dormir a los niños.
“Recuerden que no dormir es símbolo de ‘estar alerta o vigilante’ ante un problema”, expresa la experta. Además, recalca que el dormir debe ser parte de una rutina, con un horario establecido de completa tranquilidad.
Para lograr que tus hijos duerman temprano y no morir en el intento, la psicóloga del Instituto de Psicología Integral Riqchariy. recomienda estos tips. ¡Toma nota!
Es importante evitar tener aparatos electrónicos en su habitación, si los tuvieran, mantener horarios fijos de uso. Por ejemplo, no pueden estar viendo televisión hasta tarde.
Se debe vigilar que los programas de televisión o videos de internet no tengan contenido de terror, ya que esto puede provocar pesadillas.
Algunos niños suelen esperan despiertos a uno de los padres cuando trabajan hasta tarde. En estos casos hay que conversar en familia sobre estas condiciones laborales para lograr que los niños no lleguen a preocuparse.
Evite darle alimentos que provocan que los niños se activen, como por ejemplo: los dulces, el café, o el mismo hecho de comer demasiado por la noche o muy tarde.
Es esencial que el pequeño llegue a un punto de calma, para ello es recomendable masajes con esencias en sus manos o pies que pueden ser muy reparadores.
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Esta práctica es una herramienta muy bella para que los niños puedan dormir con facilidad.
El afecto, caricias y palabras positivas también son importantes para que los niños tengan más seguridad en sí mismos y descansen en total tranquilidad.
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