Túpac Amaru II y su esposa Micaela Bastidas ofrendaron sus vidas en aras de la libertad. Este sacrificio se recuerda cada 18 de mayo. La revolución de José Gabriel Condorcanqui fue contra el abuso de los corregidores españoles.
Comenzó el 4 de noviembre de 1780, pero el levantamiento no se sostuvo después del empuje inicial. Además, los errores de sus caudillos facilitaron que fuera aplacada sangrientamente por los realistas, debido a la traición de uno de sus seguidores.
Túpac Amaru II y Micaela Bastidas fueron desmembrados y sus partes enviadas a diferentes pueblos de la región para ser exhibidas en las plazas públicas, alertando a sus habitantes sobre las consecuencias de rebelarse.
Sin embargo, su convicción de los ideales de justicia y libertad fue defendido hasta la muerte, lo que los convirtió en leyenda e inspiración para la gesta independentista de América Latina.
Micaela Bastidas tuvo tres hijos con Túpac Amaru II: Hipólito, Mariano y Fernando.
Sus verdugos, luego de cortarle la lengua y al no poder ahorcarla, le ataron al cuello varias sogas que tiraban de uno y otro lado para estrangularla. Sin embargo, terminaron matándola con salvajes patadas en el estómago y el tórax.
Su ejemplo de coraje al defender sus ideales de justicia y libertad hasta su muerte en mano de los españoles, la convirtieron en símbolo de la lucha americana contra la opresión española.
Túpac Amaru II, cuyo nombre real fue José Gabriel Condorcanqui, fue capturado junto con su esposa Micaela Bastidas el 6 de abril de 1781.
Los sentenciaron a muerte el 18 de mayo de 1781 en la Plaza Mayor del Cusco. Le cortaron la lengua y lo amarraron de brazos y piernas a cuatro caballos para descuartizarlo.
Micaela Bastidas nació en Pampamarca en 1745. No tuvo acceso a la educación, pero era entendida en todo lo relacionado con el hogar y su comunidad.
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