Por: Mirian Pachas Lévano
Si hay un talento joven que está llamando la atención en nuestra farándula local es nada menos que Melissa Paredes, quien debutó como actriz en la telenovela Ojitos Hechiceros.
Además mantiene una solida relación matrimonial con el jugador de Alianza Lima, Rodrigo Cuba, con quien ya lleva dos años casada.
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—Para muchos tienes la vida perfecta: te va bien en tu faceta de actriz y encontraste el amor...
—Nadie tiene la vida completa. Sí estamos muy contentos (con Rodrigo), nos amamos demasiado. Esperemos que Dios nos regale muchos años más juntos y contentos. Uno nunca sabe lo que puede pasar mañana, pero ahora estamos felices porque trabajamos en tener una familia bonita, en llevarnos bien, en nuestra comunicación y en el amor, que es lo más importante de todo. En nosotros no existe el rencor y el odio, esas cosas que veo mucho en las redes sociales. No entiendo por qué la gente para amargada. En esta vida, todo lo que tú das, eso recibes.
—En el mundo del fútbol hay mucho machismo, ¿cómo manejas eso siendo tú parte de nuestra farándula?
—Hoy en día ya no tanto, creo que eso pasaba con los chicos más antiguos, por así decirlo, había más machismo. Los futbolistas de ahora han cambiado bastante, son más humanos, cada persona es diferente.
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—Conseguiste tu complemento y tu carrera empezó a crecer...
—Él es el amor de mi vida. Yo no le pedí permiso para estar en la actuación ni para nada. Simplemente, amor voy hacer esto y ya. Lo conversamos como toda pareja, pero no es que ande por la vida pidiendo permiso al hombre para hacer mis cosas, eso nunca pasó.
—¿Siempre fuiste una chica independiente?
—Él me conoció así. Yo tomo mis decisiones, elijo qué hacer y qué no hacer. De hecho hoy por hoy que somos pareja me da consejos. A veces me dice: amor deberías aceptar esto y le digo, no, porque no me da buena intuición, pero eso no es pedir permiso, es conversar.
—¿Luego de Ojitos Hechiceros qué se viene?
—Todavía no se puede decir mucho, pero hay propuestas para hacer teatro, estoy grabando una película (¿Mi novio es él) y se vienen algunas cosas más con Del Barrio Producciones.
—Lo del teatro es el musical de Pantaleón y las visitadora s con Tondero Producciones.
—No quiero dar detalles, me voy a reunir recién. De hecho hay una propuesta pero también hay cosas que evaluar.
—¿Cómo cuáles?
—El tiempo.
—De repente te parece muy polémica la historia.
—No tanto, por el personaje, porque todavía no me lo han presentado en sí. Tampoco es el protagónico, más que todo es por tiempo y otras cosas que ya tenían pactadas. Entonces aún no es un no o un sí definitivo.
—¿Has visto la película o leído la obra de Mario Vargas Llosa?
—La estoy leyendo para saber de qué se trata, siempre escuché hablar de la película pero nunca la vi.
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—Tu faceta como actriz te ha puesto en vitrina con otros productores que han visto con buenos ojos lo que estás haciendo.
—Las oportunidades se están dando y eso es muy lindo, lo agradezco muchísimo. Me encantaría hacer todo lo que me proponen. pero a veces no se puede.
—¿Pensaste que tu vida daría un vuelco de 360 grados?
—No, nunca me lo imaginé. Justamente el otro día estaba grabando con un compañero (Joaquín Orbegozo) en la banca de un parque y al frente de nosotros estaba una chica que graba acá también, que hace de extra, y le dije a él, puedes creer que el día que yo empecé a estudiar actuación, yo pensé que iba a empezar así; y me dijo: “en serio pensaste eso”. Luego llegamos a la conclusión de qué loca era la vida. Yo ni tenía idea cómo empezar en la actuación y debuté con un protagónico.
—¿Has nacido con una estrellita?
—Hay gente en las redes sociales que a veces me pregunta, por qué me dieron a mí ese papel, otros me dicen: muchos se queman las pestañas estudiando actuación, por qué tu estás ahí, como si me lo hubieran regalado. La gente no sabe que estudié con Bruno Odar y realicé otros talleres. También es muy cierto que muchos pueden estudiar, pero no tienen el talento para interpretar a otra persona. Puedes estudiar, pero si a la hora del casting no te sale, no se te ve natural o no te ves bien, no te eligen. Además de esa química que debes tener con la cámara. Yo pasé tres casting para estar acá.
—¿Ser chica reality te ayudó a tener mayor desenvolvimiento ante las cámaras?
—Un programa en vivo sale lo que pasa al momento y ya, pero en la ficción es diferente, aparte que te demoras más, todo es al pie de la letra y está ensayado. Hay una cámara que te mira y tiene que captar todo lo que está pauteado.
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