Deysi Portuguez. ¿Cómo pasó Ramón Luis Ayala Rodríguez de ser un joven nacido en un caserío dominado por la droga a convertirse en Daddy Yankee, ícono del género del reggaetón con una carrera de 32 años? Una bala pérdida lo impulsó a incursionar en la música sin imaginar que marcaría a varias generaciones.
10 y 12 minutos de la noche. El Estadio Nacional lucía impresionante con 40 mil personas que sortearon el tráfico y largas filas por una sola razón. Daddy Yankee, el ídolo de reggaetón que anunció su retiro, ofrecía el primero de sus dos conciertos de despedida en Perú como parte de su gira “La última vuelta world tour”.
Dj Peligro calentó los motores. Luego todos se sumaron al unísono de una cuenta regresiva en las pantallas gigantes para recibir al más grande exponente del género.
El arranque fue con la intro de su reciente álbum “Legendaddy” y sus hits “Campeón”, “Remix” y “Problema”, aquellos que lo proclamaron como referente del talento urbano. Este disco resume la vorágine de estilos que marcó por más de tres décadas.
Lo mejor de este concierto fue el viaje a través del tiempo con los icónicos temas de la corriente old school: “Rompe”, “Machucando”, “Lo que pasó, pasó” y “Ella me levantó”. Le siguió “Mayor que yo”, éxito que fue replicado posteriormente en dos versiones más. Luego vino “No me dejes solo”, “Tu príncipe”, “Yo voy”, “Sal y perrea”, “Soltera”, “Shaky Shaky”, “Baila baila”, “China” y “Pasatiempo”. El público se entregó al espectáculo con emoción genuina.
La temperatura comenzaba a subir, pero el clímax llegó cuando el Cangri pidió una enfermera para atender su “Llamado de emergencia”. Esta canción estrenada hace 14 años fue la más coreada de la noche.
Lo más emotivo de la cita fue cuando el puertorriqueño hizo una pausa para agradecer a sus seguidores y no pudo contener las lágrimas. Fue ovacionado y corearon su nombre.
"Ese cariño y ese amor es recíproco. Muchas gracias por apoyarme siempre de parte de este servidor Raymond Ayala", fueron sus nostálgicas palabras antes de quebrarse en el escenario.
El Big Boss hizo mención a sus colegas como Karol G y Bad Bunny. También hizo subir a varios miembros de su club de fans como muestra de gratitud por su incondicional apoyo. Fueron 35 canciones en su repertorio y, como no podía ser de otra forma, cerró con “La Gasolina”.
Dos horas de espectáculo a la altura de una carrera exitosa. Esta noche cantará por última vez en tierras peruanas. Mentor de muchos, inspiración de otros. Los nuevos cantantes de este género reconocen su admiración y aunque le sumen nuevas influencias, Daddy Yankee siempre será el más grande.
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