A minutos de que se realice el concierto de Ariana Grande, los fanáticos iniciaron una ola de gritos porque se originaron varias explosiones consecutivas, lo cual confirmó a las horas que se había tratado de un atentado en Manchester.
En la primera fila se encontraban los que adquirieron las entradas VIP, y algunos familiares y amigos de la cantante. Una de ellos era su madre, Joan Grande, quien se convirtió en una heroína de carne y hueso, según los comentarios en redes sociales.
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"Joan Grande, de 48 años, estaba todavía sentada en primera fila cuando la bomba estalló, y ayudó a algunos de los aterrorizados fans a pasar detrás del escenario", señaló un fan.
La mamá de Ariana Grande ayudó a los más pequeños a que busquen refugio, brotando su lado maternal. Ella los llevó a una de las salida de emergencia, pidiendo que no se separen de ella hasta que estén a salvo.
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