La muerte de Edita Guerrero conmovió al país. Se habló después de la venganza de una familia, los Guerrero Neira contra Paul Olórtiga.
El viudo pasó tres meses en prisión, injustamente. Se dijo que fue un “crimen armado”. Fue un caso en que la corrupción del Poder Judicial operó para encontrar un culpable. LEA TAMBIÉN: Para recordar a Edita Guerrero, escuche sus canciones (VIDEOS)
Todo esto dejó la trágica partida de la cantante de Corazón Serrano y al cumplirse hoy un año de su ausencia, las heridas siguen abiertas y la enemistad entre ambas familias afectadas, está intacta.
LA VIDA SIN EDDA
“La vida sin Edita Guerrero no ha sido fácil. Hace un año partió al cielo y dejó un vacío muy grande en todos los que la conocimos. Los meses pasaron rápido y parecía que las heridas las curaba el tiempo. Pero luego recordamos que partió a un viaje sin retorno y la tristeza volvió a aparecer en nuestros corazones. En medio de la ausencia de nuestra hermana nos queda la esperanza de la eternidad y el deseo de un día volverla a ver”.
Estas son las palabras de la familia Guerrero, a través de su cuenta oficial de Facebook, para recordar su profundo dolor.
Desde el 1 de marzo del 2014 en que un aneurisma fatal apagó la vida de la cantante de 30 años, los Guerrero y los Olórtiga nunca más volvieron a ser los mismos. Habrá una cicatriz eterna en sus corazones.
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UN SUEÑO POSIBLE
“Las radios limeñas no nos harán caso y quieren que cambiemos de nombre, pero, ¿qué importa”.
Así hablaba Edita, en setiembre del 2008, minutos después de ofrecer un concierto, como teloneros de Caribeños de Guadalupe en El Huaralino de Los Olivos.
Por esa época, las integrantes mujeres de Corazón Serrano solo eran ella e Yrma Guerrero. Lima les era esquiva y casi nadie las reconocía.
Pero Edda tenía un sueño: que sus canciones se escuchen en el Perú. Y así fue. Su tema Muriendo de amor fue un himno al desamor. “Luna, dile a mi amor que yo la espero esta noche. Dile cómo me siento yo y que estoy muriendo de amor”, interpretaba Edda cantándole a la luna.
LOS HUÉRFANOS
Sin duda, los que más sentirán la ausencia de Edda serán sus dos hijitos: un niño de tres años y una bebé a la que dejó con apenas tres meses de nacida. La disputa por la custodia de los pequeños causó otro lío judicial entre los Guerrero y los Olórtiga al punto que la ministra de la Mujer de entonces tuvo que intervenir para garantizar la protección de los huérfanos. Que Edita ya descanse en paz.
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