La cuarta temporada de The Walking Dead, se ha despedido con un desenlace histórico donde Robert Kirkman de nuevo ha logrado sacudir las emociones de sus espectadores, con una última escena que nos mostró al protagonista Rick Grimes soltando una frase en tono de amenaza.CRONICA (Spoiler alert)Los flashback hacia la prisión y los reencuentros se entrelazan con la actualidad del episodio 16 de la 4ª temporada de The Walking Dead, explicando la ausencia de efusividad de Rick, Michonne y Carl al volver a ver a Daryl, o encontrar a sus antiguos compañeros de prisión en el tren donde los líderes de Términus los han dejado encerrados.Tal como destaca la crítica Alexandra Gil para Melty, el capítulo 'no dejó tiempo para las emociones'. Kirkman no da tregua, tal como ha dejado claro en el episodio final, donde los personajes han dejado atrás la inocencia que se permitieron tener entre los muros de la penitenciaría.La única meta es sobrevivir. El monstruo que Rick liberó para poder salvar a Carl en este episodio de The Walking Dead ha llegado para quedarse. El líder de la prisión añade a su carácter la pizca de locura necesaria para hablar el mismo idioma que sus enemigos.Los caníbales no tienen límites, y el padre de Carl Grimes está más que decidido a olvidar los suyos por salvar a su familia de las garras del mundo que les rodea. Un final que invita a imaginar un turbio futuro para todos ellos.En el tintero quedan preguntas como el verdadero paradero de Beth, o la reacción de Rick Grimes al saber que su hija Judith sigue con vida. En lugar de ofrecernos tan ansiados reencuentros, Kirkman ha echado un órdago a la angustia y nos ha vuelto a tender la trampa de la incertidumbre.
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