“Todo menor requiere de una visión óptima para un buen desenvolvimiento en el colegio. Se recomienda un chequeo oftalmológico integral previo al inicio del periodo escolar”, asegura el doctor Guillermo Barriga , jefe del Servicio de Oftalmología del Hospital Loayza.El especialista afirmó que para ello es indispensable el monitoreo de los padres, sobre todo en los más pequeños. Acercar la vista de forma exagerada a los objetos, entrecerrar los párpados para afinar la visión, frotar los ojos, parpadeo frecuente, sensibilidad a la luz o cansancio visual son síntomas más comunes de problema visual.“El astigmatismo (visión borrosa de los objetos), la miopía (visión incorrecta de objetos lejanos) y la hipermetropía (visión incorrecta de objetos cercanos), son las enfermedades oculares más frecuentes y pueden ser corregidas con el uso de lentes”, precisa Barriga.Los niños entre 5 y 9 años son diagnosticados de enfermedades visuales en menor cantidad que los más grandes ya que no manifiestan síntoma por no ser conscientes de ello. Prefieren cambiar de actividad en lugar de esforzarse por ver bien y eso suele confundirse con problemas de conducta o falta de atención.En cambio, los niños desde 10 años buscan resolver el problema cambiando de sitio o forzando la vista, haciendo que los síntomas se manifiesten, mientras los pre adolescentes y adolescentes prefieren no esforzarse para evitar dolor de cabeza o cansancio visual.El doctor Barriga advirtió que no tratar el problema a tiempo haría sufrir de ambliopía u ‘ojo perezoso’, enfermedad irreversible en la que el ojo anatómicamente es “normal”, pero no el sistema de visión, por no permitir la maduración de este con el uso de lentes.“Muchos escolares, generalmente los mayores, se rehúsan a usar lentes porque son motivo de burla, lo cual es perjudicial para su salud. Actualmente existe una amplia oferta de lentes con mejor estética y se puede optar por lentes de contacto desde los 15 años, siempre y cuando lo determine el especialista”, aclara el doctor Barriga.Alertó que una tendencia es que el menor, con apoyo de los padres, sea sometido a cirugía correctiva. “Esta práctica es inapropiada porque la medida final de la vista en el menor, no se establece de forma definitiva sino hasta después de los 24 años. Por lo tanto, esto es perjudicial en vez de favorable“, finalizó.
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