El cráneo es una estructura de huesos que se encarga de cubrir y proteger al encéfalo (conjunto de varios órganos y estructuras que incluyen al sistema nervioso, el cerebro, cerebelo y bulbo raquídeo). Además, le da forma a nuestro rostro. Gracias a él nuestro cerebro está protegido de daños y golpes.
El cráneo está compuesto por 8 huesos: dos parietales, dos temporales, un occipital, un esfenoides y un etmoides. También está compuesto por los huesos faciales. Por otro lado, tenemos los huesos del cuello, que conforman la columna cervical. Está compuesta por siete vértebras y ocho pares de nervios cervicales.
Los huesos cervicales son más pequeños que los espinales y sirven para contener y proteger la médula espinal, ofrecer soporte al cráneo y permitir los diversos movimientos de la cabeza (de un lado a otro o de adelante hacia atrás). Los impulsos nerviosos circulan desde y hacia el cerebro mediante la médula espinal.
El cráneo cambia conforme crecemos. Todos los bebés nacen con espacios entre los huesos del cráneo. Esto permite que los huesos se muevan, se cierren y se sobrepongan mientras el bebé atraviesa el canal de parto. Poco a poco estos espacios se van cerrando hasta desaparecer por completo. Posteriormente, los huesos del cráneo se juntan mediante suturas.
El dato
Los cráneos varían según el sexo biológico. Los hombres tienen una mandíbula cuadrada y mayor masa craneal. Mientras que en las mujeres es más redonda.
Redactora para la web e impreso de “El Popular”. Me encanta entrevistar. Amante de los libros, el terror y Disney.