La familia quería que siga la carrera de Ingeniería Agronómica, como su padre, pero el fútbol pudo más. Y fue así que Francisco Pizarro Fortunat comenzó una carrera que lo llevó por Cristal, León de Huánuco y Alianza Lima, con campañas inolvidables y títulos incluidos.
Hoy, con 52 años a cuestas, ‘Panchi’ Pizarro, con cartón bajó el brazo porque no es ningún improvisado, es entrenador y dirige a UTC, al que espera llevar a un torneo internacional para así conquistar a la hinchada cajamarquina. Como su carrera de corto, la va a pelear al menos. No es de los que se contenta con poco.
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—Pensábamos este año verte en la Copa Perú con el Ecosem, pero sorprendió tu llegada al UTC.
—Efectivamente, este año sí me llamaron de Ecosem y habíamos formado un grupo homogéneo, pero salió lo del UTC. Los dirigentes de Ecosem entendieron porque sabían que sería un paso importante en mi carrera.
—¿Cómo fue tu recibimiento en Cajamarca?
—He llegado a una ciudad espectacular y maravillosa. Lo primero que hice fue conocer su historia visitando el cuarto de rescate de Atahualpa. Cajamarca es rica y su historia de la conquista fue llevada a cabo por un hombre de quien tengo su nombre y apellido...
—El conquistador Pizarro...
—La gente le decía a Francisco Pizarro el conquistador, pero no lo era, sino que fue un tipo que hizo lo que quiso y robó todo lo que pudo.
—A ti también te pusieron ese apelativo, ¿no?
—Sí, pero era un conquistador del fútbol. A mí, desde chico, me decían Panchito, pero luego quitaron el “to” y quedé como Panchi. También me decían Tío y, ahora, Viejo.
—¿Llevas una vida metódica?
—No salgo mucho, termino el entrenamiento y busco tener ordenado mi cuarto, la ropa bien doblada, el piso bien limpio y pongo incienso. Ya no leo mucho y me dedico a ver videos de fútbol para explicar lo que quiero a mis jugadores. Ahora se me ha dado la oportunidad de tomar café y, el cajamarquino, tiene un aroma impresionante.comenzó así...
—¿Dónde estudiaste el colegio?
—Yo le digo de cariño “pueblo” a Santa Clara, allí la primaria en el estatal 1135 y la secundaria, hasta segundo año, en el Telésforo Catacora por las constantes huelgas. Luego, entré en el tercer año en el Ciro Alegría, donde empecé a jugar como delantero. No fui un buen estudiante e hice lo necesario para pasar.
—¿Tu mirada siempre fue ser futbolista?
—Mi viejo era ingeniero agrónomo y en esa época los hijos seguían la línea de los padres. Pero cuando terminé el colegio me puse a estudiar Mecánica, pero no pude terminar porque estaba en Sporting Cristal en menores.
—¿Quién te apoyó para que logres tus objetivos?
—Mi madre me dijo que debería tener tres cosas importantes: compromiso, sacrificio y responsabilidad. El sacrificio era de que tenía que olvidarme de las fiestas, de estar tocando guitarra y cantando en las esquinas, donde nos quedábamos hasta la 1 de la mañana. Pero me dediqué a salir poco, descansar y comer medido.
—¿Cómo se da tu ingreso al Cristal?
—El equipo de mi barrio, el Melgar, jugó con Sporting Cristal y los profesores Fernando Mellán y Alberto Gallardo me proponen entrenar con Cristal. Así empezó la historia.
—Pero debutas en León de Huánuco, ¿no?
—En Cristal iba a tener poca oportunidad porque tenía delante a Jesús Purizaga, el ‘Charro’ Gonzales y Miguel Miranda. Entonces, yo estaba en la selección sub-23 del ‘Gato’ Cuéllar, era uno de los arqueros con Marrou, Quesada y Del Mar. No me llevaron al torneo de Venezuela, pero recibí el llamado del técnico del León, Diego Agurto, para ir a su equipo.
—¿Alianza Lima fue tu siguiente destino?
—Tras un partido en Huánuco con Alianza Lima, el técnico Miguel Ángel Arrué, junto con el señor ‘Beco’ Espantoso, me consultan sobre mi situación y les digo que terminaba a final de temporada con León. Arrué me dijo: “No arregles con nadie porque el próximo año te vas con nosotros”. Y así fue.Cuidado personal
—En tu época decían que eras metrosexual...
—En mi época no existían los metrosexuales, pero a mí siempre me gustaba estar muy aseado, con las uñas cortadas y las zapatillas limpias. Renegaba cuando me pisaban en la calle.
—Uno googlea al futbolista Francisco Pizarro y siempre sale sobre tus peleas a puño limpio con Flavio Maestri y ‘Chiquito’ Flores, ¿te molesta?
—No, pero poco se habla de los cuatro títulos que conseguí: dos con Alianza y dos con Cristal. Son incidentes que quedaron en el camerino con Flavio y en la cancha con Chiquito. Ahora me encuentro con ambos y nos saludamos cordialmente.
—¿Cómo fue tu retiro?
—Carlos Franco me llevó el 2006 de nuevo a Alianza, que era dirigido por Gerardo Pelusso, quien, en un principio, me dice: “Yo no he pedido arquero”. Entonces dije: “Me voy”, Pero Pelusso me responde que me quede y campeonamos. Al año siguiente, se le van dos miembros del comando técnico y me dijo que, si había pensado en retirarme, que trabaje con él. Así fue que a los 36 años empecé como preparador de arqueros y, José Soto, como su asistente. El uruguayo nos mandó a estudiar a los dos. Y así fue que saqué en la Federación mi licencia de entrenador, que es lo que hoy estoy ejerciendo.
Periodista de Universidad Inca Garcilaso de la Vega. Vivo con el deporte y me gusta la música.