Luka Modric, el niño de la guerra: el 10 que merece, por encima de Messi, ganar una Copa del Mundo

Muchos hablan de que Lionel Messi merece salir campeón por todo lo hecho en su carrera y las veces que lo intentó –la más cercana en Brasil 2014–, pero muy pocos se enfocan en Croacia que ha vuelto a dar un fuerte mensaje en la historia de los Mundiales por haber logrado estar en una semifinal por segunda vez consecutiva de la mano de Luka Modric, quien sufrió más que cualquier futbolista al ser un sobreviviente de la Guerra de los Balcanes.

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Luka Modric, que nació el 9 de septiembre de 1985, un año menor que Jefferson Farfán y Paolo Guerrero, es catalogado como uno de los mejores mediocampistas de los últimos años, sobre todo por lo hecho en el Real Madrid. Además, ganó un Balón de Oro y es actualmente subcampeón del Mundo en Rusia 2018, pero para llegar a esa vida llena de trofeos tuvo que pasar una bélica infancia.

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Luka Modric, el Messi de Croacia

La historia de Luka Modric es muy emotiva, porque antes que empezara la Guerra de los Balcanes, la familia del ahora futbolista tuvo que recorrer 60 kilómetros de viaje para que naciera el pequeño Luka. Su nacimiento se dio en un lugar muy alejado por motivo de la guerra entre Croacia y Serbia, por ello Modric vivía como refugiado. Años más tarde, ya Luka un niño, empieza a jugar al fútbol en los aparcamientos de los hoteles.

Uno de los peores momentos en la vida de Luka Modric fue ver cómo mataban a su abuelo. “Luka vio con sus propios ojos cómo mataban a su abuelo. Para no ser asesinado no tuvieron otra manera que huir a Zadar por los bosques y las montañas”, dijo Josip Balo, el director deportivo del primer club de Modric, NK Zadar.

En el hotel donde se refugiaban los Modric, el dueño era dirigente del NK Zadar y pudo estar cerca de Luka. Durante muchos años, Luka Modric entrenó con ruidos de guerra y cada día detonaban 500 bombas, por lo menos. Es más, en Zadar no hubo servicio de electricidad durante casi dos años, a eso agregarle la falta de agua y otros recursos. Pese a todos esos escollos, Modric nunca renunció a su sueño.

Otro golpe llegó a su vida a los 8 años, porque fue rechazado por el club Hajduk por su físico: era un flaco y chato. Ese diagnóstico de su físico no lo tumbó, al contrario, lo motivó a seguir adelante y se esforzó. Años después, ya con 16 años, fichó por el Dinamo de Zagreb, uno de los clubes más grandes de Croacia.

Lo que pasó después es historia conocida: triunfó en Croacia a nivel de clubes, brilló en el Tottenham y la rompió en el Real Madrid (hasta la actualidad). Todo lo vivido por Luka Modric también es de merecimiento para que sea un campeón del Mundo.