Ryan Zonath Salazar Rivera (41) actuó en Alianza Lima, Sport Boys y Unión que colgó hace cinco años los chimpunes y se dedicó a ser técnico de menores. Pero buscó también otro horizonte, tiene su restaurante “El Soldado”, apelativo que se le conocía como jugador y ex colegas ya lo visitan.
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— ¿Cómo nace el apodo de Soldado?
– Cuando estaba en Alianza Lima por la película del Soldado Ryan fueron a hacerme una entrevista y me pusieron el casco de un soldado.
– ¿Es verdad que no te gustó el apelativo?
– Al contrario, me agradó. A mí me llamaban por mi segundo nombre que es Zonath, pero todo cambia cuando llego a la Sub 20. El profesor Uribe pidió que no me llamaran Zonath sino por mi primer nombre Ryan y quedó cuando estuve en Alianza.
– Has jugado en varios equipos pero Alianza es una institución que te marcó en tu carrera.
– Me inicié profesionalmente en Alianza y el 2001 salimos campeones con 19 años. Quizás no tuve las oportunidades pero aprendí mucho de la gente de experiencia. Había un equipazo: estaban Palinha, Eduardo Esidio, Ciurliza, Pepe Soto, Waldir (Sáenz), Juan Carlos Bazalar, “Chicho” Salas, Amilton Prado, Ubillús, Roberto Farfán, entre otros.
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– ¿Tú eres nacido en el Callao?
– Sí soy del Callao y sigo viviendo ahí porque tengo mi negocio el huarique “El Soldado”.
– ¿Tuviste una infancia dura?
– Te refieres a que cuando escuchas el nombre Callao todo el mundo dice que es bravo, pero felizmente tuve una vida correcta. Estudié en el colegio Estatal 5005 que está por Sáenz Peña, pero cuando empiezo a jugar en Cantolao, unos padres de familia me llevan a estudiar a un particular y siempre les estaré agradecido.
– ¿El fútbol te dio la posibilidad de ir al extranjero?
– Sí. A los 17 años por intermedio de Kiko Mandriotti y Cantolao me fui a jugar al Charleroi de Bélgica, pero me rompí la tibia y el peroné. Todo se complicó. Años después la vida me brindó otra oportunidad. Lucho Zacarías me lleva a Geordi donde estuve seis a ocho meses pues sacaron al profesor porque no se dieron los resultados.
– ¿Qué pasó realmente en tu frustrado pase al Lokomotiv rumano?
– San Martín que era dueño de mi carta pase tuvo un acuerdo con el Lokomotiv. El equipo estaba haciendo la pretemporada en Alemania y viajé allá, pero me di con la sorpresa que el equipo había regresado a Rumanía para jugar el torneo. Regresé al Perú y dijeron que me llamarían pero no sé qué pasó después.
– Uno sabe que el fútbol no es eterno, pero tu retiro quizás no fue pensado así?
– No, porque me retiro en Unión Huaral por tema de los audios (supuesto arreglo de los huaralinos y César Vallejo). Me llamaron algunos equipos del interior, pero después de conversar con la familia preferí terminar.
– Se pretendió con ese incidente malograr tu carrera. ¿Lo viste así?
– La Asociación de la Segunda me suspende sin razón dos años, pero voy a la Federación que me salvó del castigo. Fueron muy ligeros en comentar eso porque vivo en el Callao, soy hincha del Boys y ahora no estaríamos hablando del tema. Solo digo que cuando uno obra bien la verdad siempre sale a la luz.
– Ahora que has tocado el tema de tu hinchaje del Boys. ¿Cuál es tu sentir por los puntos que le han quitado?
– No sé qué se les ocurre a las personas que administran el club, es lamentable que los jugadores se saquen el ancho en la cancha y que te digan que lo que ganaste lo perdiste en mesa. Sería doloroso que baje por estos motivos.
– Volviendo a ti, ¿tuviste la ocasión de sacar tu licencia de técnico?
– Tengo la licencia B, pude trabajar en menores y en la Región Callao lamentablemente con esto de la pandemia todos salimos perjudicados. Seguimos luchando.
– ¿Ahora también le das tiempo a tu restaurante?
– Gracias a Dios con mi amigo que es chef pusimos un huarique.
– ¿Le están haciendo competencia a otras más grandes?
– Poco a poco lo hemos ampliado y para qué la gente del Callao nos apoya. Vendemos comida marina: cebiche, conchas negras, jalea, parihuela y sudado.
– ¿Es verdad que tú también das la mano en los potajes?
– No, te pases, soy muy malo en la cocina y no me veo para nada en la preparación. En lo que ayudo es en la imagen del restaurante.
– ¿Ya te visitaron los ex colegas del fútbol? ¿Pidieron canje?
– No hay canje (risas...) Sí, me están apoyando, vienen a compartir, comer y pasarla bonito. Todos se van contentos.
Periodista de Universidad Inca Garcilaso de la Vega. Vivo con el deporte y me gusta la música.