Mario Viera Gil es un técnico uruguayo que ya lleva 15 años trabajando en el Perú y esta temporada asume el reto de llevar a Alianza Atlético a ser protagonista de la Liga 1 y no un simple convidado de piedra.
Viera habla de sus planes y, de paso, de que cuando fue futbolista, arquero para más señas, tuvo la suerte de ser dirigido por Sergio Markarián y Washington Tabárez. También de cuando le tocó la oportunidad de dirigir en China, nada menos.
Estoy contento de cómo se está integrando el plantel, con jugadores de experiencia y con jugadores jóvenes, que realmente me han sorprendido, porque son jugadores con buenas condiciones. Hemos armado un equipo que trabaja callado, pero que va a dar qué hablar en la medida que pasen los partidos.
Todos los extranjeros que se ha traído están por debajo de los 30 años y están pasando su mejor momento deportivo. Tenemos a Maximiliano Amondaraín (28) que se inició en Nacional y jugó o en la selección Sub 20 de Uruguay; está el “seis” Octavio Arias, que jugó en Boston River, Progreso y Juventud. También el colombiano Roger Torres, que viene del Junior de Barranquilla, y los paraguayos Adrián Fernández (delantero) y Franco Zanelatto, que viene de San Martín.
No, jugaba de “9”, metía un par de goles y de ahí me iba al arco, pero luego me decidí por este último y aparecí como arquero de la selección de Florida, para luego participar en el torneo nacional, junto a Rubén Paz, Mario Saralegui y Aguirregaray, entre otros. Había un equipazo.
Tuve la suerte de participar en el Mundial juvenil de Japón donde surgió Maradona, en 1979. De paso estudiaba abogacía, pero las concentraciones me quitaban tiempo y dejé esa carrera.
Sergio Markarián y Óscar Washington Tabárez.
Sí, es mi paisano y amigo, pues nacimos en el mismo pueblo. Nos tocó jugar juntos, cuando Gerardo Pelusso estaba ya para salir del fútbol y bien nació la amistad con él. Gerardo me llamó el 98 para trabajar en el Everton, que es cuando comencé mi carrera profesional como técnico. Luego me tocó ir a China dos años como primer entrenador, luego volví a Uruguay, trabajamos en Cerro y Danubio y luego en Alianza. Luego fui un año a capacitarme a España y ver a mi hijo que jugaba en Villarreal, y desde el 2008 estoy en Perú.
Cómo juvenil sí, como profesional no. Trabajé mucho en su formación, desde que tenía 8 años y decidió ser arquero también. Pasó todas las etapas y tuvo ocasión de atajar por Uruguay en la Copa América 2004 en Perú, en eliminatorias...
Dirigí al Tianjin Jinmen y en el Mingte Fútbol Club. Era complicado por el idioma, porque en la comida tiene otros tipo de ingredientes. Fue complicado, superduro, fui solo, no entendía el idioma y no me daba ganas de salir.
La comida china no es la misma que se come aquí en los chifas, nada que ver. Al principio no me acostumbré y después sí.
El idioma es difícil y te ponen un traductor, pero no conocen nada de fútbol. En mi primer día de trabajo hubo -23 grados y nieve. Con el traductor corría la cancha y el tipo no sabía qué decir y renunció. Por suerte encontré otro y felizmente pude hacer un buen trabajo.
Escribir es complicado, hablarlo más o menos. Hay cosas que entendía y es más, el médico aprendió a hablar español conmigo y yo el chino con él, y todos los reportes médicos me lo daba en chino y yo lo entendía. Hice algunos amigos.
Participamos en un torneo como la Copa Perú, que se iban eliminando con equipos de la zona y hasta fin año. Llegamos a jugar en Wuhan, donde hace dos años apareció el coronavirus, y ascendimos.
Periodista de Universidad Inca Garcilaso de la Vega. Vivo con el deporte y me gusta la música.