Narrar la historia de Manuel Eduardo Tenchi Ugaz Nemotto está llena de sensibilidad y de un hombre que tuvo la oportunidad de jugar fútbol, pero detrás de ello hay una historia de pobreza y sin sinsabores del que supo salir adelante.
Hoy a los 39 años, no cuelga aún los chimpunes y se dedica a hacer obras sociales. Esta es su historia.
-Tienes tres nombres
-Sí, Manuel Eduardo Tenchi que es el nombre japonés que significa “ángel”.
-¿Tienes descendencia japonesa?
-Sí, tenía seis hermanos viviendo en Japón, pero ahora hay solo tres (dos se regresaron y uno murió). Por el tema del fútbol no tuve la oportunidad de ir, pero no descarto en cualquier momento ir allá a trabajar.
-¿Eres trujillano?
-Trujillano de corazón, estudié primaria en el Antonio Raimondi y la secundaria en el Gustavo Leyton del pueblo joven El Bosque.
-¿Ser pobre no te cortó el sueño de estudiar alguna carrera?
-Estudié Ciencias de la Comunicación hasta el cuarto ciclo, le dije a mi madre que me dé un año para jugar fútbol. También seguí la carrera de Negocios Internacionales y Marketing en la César Vallejo. Soy colegiado de profesor de Educación Física y tengo un diplomado de Gestión Pública.
-La disciplina fue importante.
-El deporte conlleva a tener disciplina perseverancia y no ir por el mal camino.
-El trabajo era tu lema.
-Desde chico vendí periódicos, limpié carros, vendía ají para el cebichito.
-¿Qué hiciste con el primer sueldo?
-Estaba en UPAO, recibí como 350 dólares, saqué a comer a mi madre porque mi padre ya había fallecido. Es más, en su tumba le prometí que no iba a tomar que hasta ahora lo cumplo y que sería futbolista profesional.
-¿Por qué la promesa de no tomar?
Imagínate, tomaba a los 12 y 13 por travesura con los amigos, por eso la promesa.
-¿Es verdad que fuiste criado por tus abuelos?
-Sí, fui criado por mis abuelos Manuel y Amelia, ellos son mis padres y me dieron amor. A mis verdaderos padres no los juzgué. Mi padre se alejó de mí y formó otra familia y mi verdadera madre estaba metida en la enfermedad de la droga.
-A los 39 años, ¿ya retirado?
-Hasta el 21 de febrero tenía la oportunidad de trabajar en la Liga 2, hice una llamada a mi hijita que venía para su cumpleaños y a firmar. Ella me dijo: “Cómo vas a venir a Lima, si estás en la política, qué ejemplo me vas a dar”. Me cambió el chip. Ya tiene 13 años y practica voleibol y baila marinera.
-Postulaste al Congreso, pero no alcanzó.
-Eso pasó, pero te digo que siempre hago obras sociales. Es una manera de agradecer a Dios por las cosas que me dio. Es más, me casé el 17 de abril y con mi esposa decidimos no ir de luna de miel. Lo que íbamos a gastar en eso compramos víveres para gente de Alto Trujillo y Salaverry Alto.
-¿El fútbol te dio calidad de vida?
-El fútbol me dio la mejor calidad de vida para mi familia y persona. Desde que estaba en el colegio decía que quería ser jugador profesional y muchos compañeros se reían.
-¿Cómo se da tu carrera?
-Me inicié en UPAO, seguí en Coopsol y ascendimos a Primera, se vendió la categoría a la San Martín y alcanzamos un título. Con Vallejo fuimos a una Copa Sudamericana el 2012 y con Juan Aurich a la Copa Libertadores el 2013.
-Tuviste un duelo con Neymar en ese partido ante Santos.
-Fue por la Copa Libertadores ante Santos, agarré a puñetazos a Neymar. Cuando lo marcaba le golpeaba la espalda y no aflojaba.
-¿No reaccionó?
-Lo golpeé cuatro o cinco veces, pero en una me deja el codo y se cambió de posición. Me quedé picón.
-¿Por qué no seguiste en Aurich?
-Cometo la locura de rescindir con Aurich para irme al Mannucci para jugar la Copa Perú, pero por reglamento no pude jugar por la edad.
-¿Tuviste la ocasión de ir al fútbol alemán?
-Sí, en un equipo de Regensburg de la Segunda División y me regresé. No me acostumbré, apenas estuve 25 días en la ciudad de Ratisbona a -10°.
-¿Te golpeó la pandemia?
-Estando en Coopsol el año pasado nos mandaron a suspensión perfecta y tuve que "recursearme". Formé mi empresa de venta de ropa, lo hacía para Trujillo, Huancayo y Huacho.
Periodista de Universidad Inca Garcilaso de la Vega. Vivo con el deporte y me gusta la música.