En el momento en que había comenzado a levantar vuelo como entrenador, el 2020 apareció el coronavirus y, como sucedió con millones de peruanos, se quedó en la calle.
Pero Luis Mayme Quijandría no lo pensó dos veces. No pensaba rendirse aunque el frío queme, aunque el miedo muerda o aunque el sol se esconda.
Hacía dos años que había colgado los chimpunes tras pasar por Sport Áncash, José Gálvez, Universitario de Deportes , UTC, entre otros, y quería seguir en el fútbol como entrenador.
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La crisis le hizo mirar a otro lado. Le sobraban ganas y vio que había esperanza. Puso una ferretería en su casa de Chimbote y al menos ha hecho algunos goles, con esfuerzo, pero está jugando seguro y con chances de ganar por goleada.
-Cambiaste las canchas por el negocio.
-Antes de que se inicie la pandemia, yo estaba dirigiendo un equipo de la Copa Perú, pero se suspendió todo y no podía quedarme de brazos cruzados. Los hijos también tienen que comer, pues el dinero ganado en el fútbol se iba gastando. Con mi esposa tomamos la decisión de poner una ferretería.
-¿Qué tal el inicio?
-Comenzamos a averiguar todo sobre el rubro y para qué, agarré el ritmo. Los clientes están respondiendo y me va bien.
-Si te dicen dame clavos de media, ¿sabes dónde están…?
-Al principio, fue complicado, pero se tenía que aprender. Saber ofrecer de los productos, las pinturas para determinada pared, todo…
-¿Eres fijo con los precios o haces rebaja?
-No falta uno que te pide rebaja y tienes que hacerlo para que el cliente vuelva.
-¿Tus clientes te relacionan al fútbol?
-Sí, a veces llegan para tomarse una foto, porque solo a través de la TV tenían oportunidad de conocerme. También algunos extranjeros, que me dicen que habían visto mis partidos.
-¿No eres sobrado entonces?
-Soy de barrio, toda la gente me saluda cuando salgo. Mi esposa, en tono de broma, me dice que “si cobraras por saludo, seríamos millonarios”.
-¿Mayme al Congreso han dicho tus clientes?
-Me han ofrecido, pero nada con la política, no quiero que mi nombre sea manchado.
Chacra y mar
-¿Cómo fueron tus inicios?
-En mi tierra, Pisco, jugaba en varios campeonatos y mi idea era ser jugador profesional. Cuando vine a Lima me fui a probar a la “U”, a Alianza, donde me quedé, pero tuvimos un partido con Cristal en Matute y el asistente de Alberto Gallardo me dijo para estar en su equipo, y me fui al Cristal.
-¿Qué recuerdos de Pisco?
-Mi papá era buzo y los días que tenía descanso me iba con él. También con mi abuelo Jacinto, pasaba por mi casa silbando a las seis de la mañana para llevarme a la chacra de varias hectáreas. Cosechábamos papa, camote.
-¿Y cómo así llegaste al fútbol?
-Empecé jugando Copa Perú en el Sport Áncash el 2004; luego estuve en Unión Juventud de Chimbote, y el Gálvez me llevó como refuerzo y ganamos la Copa Perú y el ascenso a primera en el 2005.
Buena carrera
-Después llegas a la “U”.
-Sí, el 2007, teníamos un equipazo, con Mayer Candelo, Galván, Fano, el paraguayo Caballero, el Vagón Hurtado. Como volantes de contención estaban Toñito Gonzales y Cevasco, pero jugaban hasta lesionados y no me daban oportunidad.
-Pero luego apareciste de titular.
-El Negro Gálvan habló con Nunes, que era el técnico, porque me veía llegar temprano y me quedaba a trabajar hasta el último con Fano. Un día Nunes me dijo que si podía jugar de lateral y le respondí: “Disculpando a sus arqueros, si es posible denme los guantes, yo quiero jugar”. Me puso de lateral y no de volante que era mi puesto. Galván me dijo: “Yo te voy a dar confianza y no desaproveches”. Y no la desaproveché. Hice famoso al Cholo Fano.
-¿Famoso?
-Es que todos los centros de sus goles eran míos. Todo era practicado. Me hacía una señal para el primer palo o el segundo. Dos años después me agradeció con algunos productos de la marca que lo auspiciaba.
-¿Tu familia fue tu soporte para llevar una carrera limpia?
-En todos los clubes que jugué siempre he estado con mi familia, aunque era complicado para mis hijos por el tema del colegio. Los preparadores físicos me decían: “Viejo, qué tanto corres”. Y yo les respondía: “Es que yo trabajo y descanso”.
-¿En qué club te fue mejor?
-Gálvez me marcó, y si no me hicieron un monumento, en fin.