El coronavirus ha dado una muestra más de que nadie está salvo, como le sucedió al atleta Ahmad Ayyad, que estuvo a punto de morir tras perder 27 kilos, y vivió para contar su testimonio.
Ahmad Ayyad fue dado de alta aproximadamente dos meses y aún sigue recuperándose, pero indicó que a veces se queda sin aliento porque el COVID-19 le hizo daño en sus pulmones y corazón.
Como se había mencionado, su testimonio está siendo material de ejemplo para aquellas personas recias que se resisten a tomar las precauciones del caso, ya sea por edad (jóvenes) o por condición social respecto al coronavirus.
“Me preocupa mucho ver a la gente tomar esto a la ligera. Lo conseguí y sobreviví, pero todavía estoy aterrorizado”, dijo Ahmad Ayyad en diálogo con CNN el pasado martes.
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Todo empezó cuando Ayyad se dirigía a Whashington DC, Estados Unidos, para realizar algunas gestiones por el negocio de muebles que tiene su familia, a la par continuaba con su entrenamiento deportivo pero comenzó a sentirse débil.
Pasó una semana y el atleta se percató que su organismo no era el mismo, porque le costaba subir las escaleras -quedaba exhausto- y sus quehaceres les resultaba incómodo.
La tos y los estornudos fueron frecuentes en Ayyad, quien ya comenzaba a prsentar altas temperaturas por la fiebre; no tenía hambre ni energía, lo que impedía respirar con normalidad.
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Ayyad minimizó los riesgos y pensó que se trataba de una simple gripe. Sin embargo, el 15 de marzo fue a un sanatorio y dio positivo al coronavirus e influenza.
Según el personal de John Hopkins, él se convirtió en el tercer paciente con COVID-19 del hospital y el primero en tener ventilador.
“Sabía que estaría en esto completamente solo. Luego llamé a mi amigo y le dije que recogiera a mi perro. Y eso fue todo. No sabía lo que vendría. No sabía si era la última vez que hablaría con ellos. No sabía si estaba a punto de morir”, comentó.
Su madre Zeinab Ayyad fue a visitarlo tras ser dado de alta, pero no pudo abrazarlo porque pasó a una estrcita cuarentena para evitar un nuevo contagio.
“Tuve pesadillas todas las noches, llamé al hospital a las 3 a. m. solo para asegurarme de que todavía estaba vivo”, contó Zeinab a CNN.
“Era salsa de manzana. Estaba tan feliz. Ese primer bocado me hizo sentir muy satisfecho. Bueno, antes de darme cuenta de que olvidé cómo tragar, es como si no recordara cómo comer. Tuve que aprender eso de nuevo. Pero gané. No olvides la compota de manzana”, expresó.
“La gente está actuando como si se hubiera ido, no es así. Usa tu máscara, no te reúnas en grandes grupos, cuídate a ti mismo y a las personas que te rodean. Tómatelo en serio, no es una broma, puede matarte, incluso si crees que eres saludable e inmune a él. No lo eres”, concluyó.