Los tiros libres eran sinónimo de gol para Marco dos Santos, Marquinho, quien derrochó talento en el fútbol peruano. El ex volante brasileño contó anécdotas en su etapa como futbolista, que en Perú tuvo tres bien marcadas: con Sport Boys, Sporting Cristal y Alianza Lima. Con los dos primeros inclusive en dos etapas.
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¿Cómo se dio tu llegada al Perú en 1990?
No había renovado con el Inter de Porto Alegre y un directivo que era amigo de Antonio Cuba me dijo que un club de Perú (Sport Boys) estaba buscando un “10”. Me dijo que viaje y que vea si le agradaba o no la propuesta.
¿Y cómo fue ese primer entrenamiento con el Boys?
Fue en el Telmo Carbajo y lo curioso es que no había pasto en la cancha, salvo en las esquina. Hice tres goles en la práctica. De ahí me fui a la casa de Antonio Cuba para firmar el contrato y pedí como condición que venga mi novia, hoy mi esposa, si no me iba. Aceptaron al final.
¿El mejor futbolista con el que jugaste?
Fue Claudio Adao, por su calidad como profesional y como persona. Era gran definidor de zurda y cabeceaba bien. Y tenía una técnica única, hoy conocida como “paradinha”, en los penales.
Después estuviste en Cristal el 93 y el 94 te vas al Casino Salzburgo de Austria, con el que fuiste subcampeón de la Copa UEFA.
Tras salir de Cristal llegó la propuesta. No era un equipo conocido, pero tenía media selección de Austria. Llegamos a la final de la Copa UEFA y perdimos ante el Inter de Milán que tenía a Zenga, Bergkamp, Bergomi, Ruben Sosa.
El 95 vuelves al Perú y juegas por Alianza Lima.
Quería seguir en Salzburgo, pero había una persona que no me quería. Ahí surgió la propuesta de Alianza Lima.
¿Te marcó Alianza Lima?
Con Alianza se logró el título, en 1997, luego de 18 años, y eso marcó a toda una generación. El mérito de esa campaña fue del profesor Jorge Luis Pinto, quien era bien exigente y hacía repetir muchas veces las jugadas buscando la perfección.
¿Cómo era Pinto?
Pinto puso mano dura en Alianza y eso fue clave para lograr el título. Antes de cada entrenamiento te pesaba, te olía e iba de noche a tu casa. Una vez fue a mi casa, cuando había salido a cenar con un amigo, no me encontró y me mandó al banco en el siguiente partido. Le pregunté por qué no jugaba y me dijo “no te encontré en tu casa”.
En los clásicos eras verdugo de la “U”.
El año 95 fue especial en los clásicos. Ganamos en Matute 6-3 hice un gol de tiro libre. Y en otro partido en el Nacional, el encuentro iba 0-0 y el Puma Carranza me jala la camiseta cerca del área y le digo: “Estás muerto, la voy a clavar”. Tempone quiso patear el tiro libre y le dije: “Déjame, es gol”. Y fue un golazo.
¿Qué te dijo luego el Puma?
Al Puma le dije: “No me vuelvas hacer foul cerca del área porque te vuelvo a clavar”. Ja, ja, ja…
¿Universitario te tentó alguna vez?
Estuve cerca de jugar por Universitario. Cuando salí de Boys y antes de firmar por Cristal. Roberto Martínez me llamó para hablar con Jorge Nicolini, pero no se dio porque ya tenía decidido ir a Cristal. Y cuando estaba en Alianza, hablé con Alfredo González, pero tampoco se dio. Ese tiempo yo mismo veía mis contratos, no tenía agente. La “U” fue el equipo en el que me faltó jugar, me hubiese gustado.
¿Quién fue tu ídolo?
Zico, de niño lo admiraba. A través de Claudio Adao tuve la oportunidad de conocerlo. Una persona humilde.
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¿Cómo surge la faceta como entrevistador en tu canal de Youtube?
Mi hijo Lucas, que nació en Perú, me propuso crear mi canal por Youtube. Como le pegaba bien de tiro libre le puso El Canal de Tiro Libre, en el que entrevisto a ex futbolistas con los que jugué o enfrenté, que cuentan anécdotas. Ahí vamos.