BUENOS AIRES. Pensó que iba a morir. Que alguna piedra le arrebatara sus ganas de jugar al fútbol y ser campeón de la final histórica. Pablo Pérez, capitán de Boca Juniors y el más afectado tras la agresión al bus del equipo, dijo que vivió los tres minutos más terribles de su vida luego que una turba de hinchas de River Plate apedreara el ómnibus que los trasladaba al estadio Monumental para jugar el partido de vuelta de la final de la Copa Libertadores.
Hoy se conoció que el partido se jugará entre las fechas 8 y 9 de diciembre fuera de Argentina, mientras siguen los ecos del infierno que PP8, como se le conoce al volante xeneize, y sus compañeros vivieron el sábado camino al Monumental.
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Pérez habló ayer de lo que se le conoce la última vergüenza del fútbol argentino y su temor de perder un ojo, que parece ya fue descartado.
Pablo, ¿cómo te sientes en este momento?
Bien, pero con bronca por todo lo sucedido, pero también triste. El plantel siente impotencia por lo que pasó.
¿Sabes cuándo te dan de alta?
Mañana (hoy) tengo que volver a la clínica para que me examinen y a partir de ello sabré cuándo estaré apto para volver a jugar.
¿Cuál es tu diagnóstico?
Tengo el ojo izquierdo irritado producto de las astillas de los vidrios que saltaron por la agresión al bus.
¿Puedes contar cómo fue el ataque al bus?
El episodio es lamentable. Antes de cruzar el puente para el estadio no había mucha gente, pero después de ello hubo 200 personas que tiraban piedras. Fueron tres minutos que no se los deseo a nadie.
¿Es verdad que fue a cuatro cuadras del estadio?
Eso es mentira. Los vidrios se rompieron hasta llegar a la entrada del estadio. Es más, cuando me llevaban a la clínica la ambulancia también fue apedreada. Esto no es una cosa menor.
¿Los hinchas de River deben recibir una sanción ejemplar?
Eso no lo sé. Estoy triste por la gente de River que no tiene nada que ver con esto y por los hinchas de Boca. Esto no puede pasar más, si el ojo me lo sacan, no me lo paga nadie.
¿Se debe jugar en el Monumental y con gente?
No lo sé. ¿Cómo voy a ir a una cancha que no brinda seguridad? ¿Qué pasaba si jugábamos y ganábamos? ¿Quién me saca de ahí, si la gente estaba loca ya antes de jugar?
Es imposible no pensar si eran campeones...
Imagínate si dábamos la vuelta olímpica en su cancha, ¿qué pasaba?... ¡Me matan!
¿Cómo reaccionó tu familia?
Cuando entré a mi casa, mi hija mayor me abrazó y se puso a llorar. Tengo tres hijas y mi señora. No puedo jugar al fútbol en una cancha donde sé que puedo morir.
¿Qué opinas de la decisión de la Conmebol de querer jugar la final de todas maneras?
Una vergüenza. Estaba en la clínica y el técnico me llamó para decirme que regrese porque el partido se iba a jugar. Yo no podía jugar porque tenía el ojo hinchado, pero nos estaban obligando.
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¿Algún médico de la Conmebol te revisó?
No. No lo conozco. Ningún médico de la Conmebol me revisó. Es una vergüenza que diga que estaba en condiciones de jugar.
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