MADRID. Cinco minutos le sirvieron al Real Madrid para salvarse del problemático partido en el que se había metido en los otros 85. Apeló al corazón de Cristiano Ronaldo y a la sapiensa goleadora de Álvaro Morata para vencer 2-1 a un difícil Sporting de Lisboa en el debut del campeón en la Champions League.
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Los dirigidos por Jorge Jesús se adelantaron en el marcador apenas iniciada la segunda mitad. El gol de Bruno César, que batió a Casilla con un buen remate cruzado, fue la confirmación y el premio de lo visto en la primera parte.
La estrategia del Sporting, valiente y con mucha personalidad, desarmó a Zidane y a sus pupilos. Los portugueses dominaron antes del gol y se crecieron tras este.
Siguieron tocando y llegando ante un Madrid que veía pasar los minutos. El francés movió el banquillo en busca de una reacción de la mano de Lucas y Morata primero y de James después.
Cristiano avisó con un tiro al palo, pero los pistoleros como él avisan una y no más. En el minuto 89’ tuvo una de sus escenas de película. Balón parado, ante su ex equipo y un lanzamiento a la escuadra. No lo celebró, pero ya pensaba en el segundo.
El reloj se secaba, las últimas gotas se diluían entre el marcador y el césped, pero el Madrid siguió peleando. Robó un balón, James lo mimó, lo presentó al corazón del área y Morata lo cazó con toda la rabia del mundo.
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