Francisco Boza: “Vestir los colores del Perú es un orgullo”

Escribe: Carlos Lara Porras

A sus 51 años, Francisco Boza está listo para agarrar la escopeta, apuntar y disparar en lo que será sus octavos Juegos Olímpicos. MIRE ESTO: Juegos Olímpicos: Los atletas podrán denunciar al COI si sufren abusos o acoso 

Pancho, que conquistó la medalla de oro en Los Ángeles 1984 en tiro, espera ser protagonista en Río y, por qué no, regalarle otra medalla al Perú.

—¿Qué siente volver a unos Juegos Olímpicos, tras 12 años?

−Después de 36 años, de participar en mi primera Olimpiada, y volver a Río es una satisfacción importante. Siento los mismos nervios de participar y representar a mi país en el evento deportivo más importante del mundo. 

—¿Qué significa ser abanderado nuevamente del Perú como en Atenas 2004? 

−Recibir nuevamente esa distinción es un honor y mucho tiene que ver la medalla de oro conseguida en los Panamericanos de Toronto. Vestir los colores patrios es una motivación especial, un orgullo. 

—Será su octava Olimpiada, ya que empezó a los 15 años en Moscú 1980. 

−Estaba en el colegio y me fui al extranjero a un intercambio estudiantil de enero a marzo, al regresar logré la marca para Moscú.

PASIÓN POR EL TIRO—¿A qué edad abrazó el tiro como un deporte profesional? 

−Gracias a la formación  familiar, desde chico practiqué todos los deportes, pero el tiro me gustó desde los 13 años. Fui escalando y en 1980 ya representaba al Perú.

—¿Siendo niño soñaba con participar en unas Olimpiadas? 

−La primera Olimpiada que vi por televisión fue la de Múnich 1972 y decía “algún día estaré en unas Olimpiadas”, lo cual cumplí a los 15 años.LEA TAMBIÉN: Río 2016: youtuber 'Hola, soy Germán' es criticado por llevar antorcha olímpica 

—¿Qué tan importante fue el apoyo de su familia? 

−De no ser por el apoyo de mi familia no hubiera logrado la medalla de plata en Los Ángeles 1984. Ese año cada país cubría los gastos de sus deportistas. Estudiaba en Alemania y mis padres pagaron mi pasaje y el hotel. Por eso, al bajar del podio le regalé la medalla a mi madre. 

—¿Es cierto que no supo hasta después de la premiación lo que había conseguido? 

−Sí, era la segunda medalla en la historia del deporte peruano y no sabía lo que significaba. Tenía el boleto de avión para regresar a Alemania, pero mi padre me convenció para ir a Lima. El recibimiento fue espectacular y ahí entendí lo que había conseguido. 

-¿Qué le faltó para lograr el oro en Los Ángeles? 

−Nunca veo los resultados hasta el final. Había tenido gran efectividad con un 96%. Pensé que había acabado y mi padre me dijo que tenía que definir la medalla de oro. Me entraron los nervios, pero logré la medalla de plata.

UN NUEVO RETO EN RÍO 

—¿Por qué  el tiro no siendo un deporte popular nos dio tres de las cuatro medallas en las Olimpiadas? 

−Es difícil encontrar una explicación, donde la única presea de oro la consiguió Edwin Vásquez con pistola prestada. Son 24 años sin una medalla. 

—¿Cuáles son sus expectativas en Río? 

−Lograr una buena marca. Trabajo hace un año en lo técnico, físico, mental. Este año no he tenido buenos resultados, no he disparado mal, pero tampoco espectacular como quisiera. ¿El oro? Nunca suelo prometer nada porque sería irreal. 

—Con más de 30 años en el tiro ¿cuál es la clave para seguir vigente? 

−Disciplina, tener siempre la adrenalina de la competencia, aunque por la edad me cuesta un poco más. Espero seguir disparando que es parte de mi terapia, mi pasión.